Ordenan y rediseñan lotes en asentamiento de Resistencia
Un trabajo de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, en articulación con otras instituciones, posibilitó el ordenamiento espacial y rediseño de lotes en el asentamiento informal “Soberanía” de la ciudad de Resistencia. Destacan la experiencia de gestión participativa entre vecinos, profesionales y organismos públicos.
El Asentamiento Soberanía, ubicado en la periferia de la ciudad de Resistencia, se configuró sobre lotes de propiedad privada que fueron apropiados por casi un centenar de familias y delimitados irregularmente para su utilización.
Por iniciativa de los mismos habitantes y por planes nacionales de mejoras socio-habitacionales, el barrio se encaminó hacia una urbanización y reordenamiento espacial.
Fueron los mismos habitantes del Asentamiento Soberanía, a través del Centro de Promoción y Participación Comunitaria (CPPC), quienes solicitaron a la cátedra “Gestión y Desarrollo de la Vivienda Popular” un proyecto de intervención concreta: el diseño del loteo del sector denominado Soberanía.
El ordenamiento espacial de los lotes era un paso necesario para implementación de programas a cargo del Instituto Provincial de Desarrollo Urbano y Vivienda del Chaco y del Programa de Mejoramiento Barrial (PROMEBA).
“Trabajar en el asentamiento era un desafío desde lo profesional y académico, pues eran necesarias estrategias que medien en los diversos intereses y realidades de los habitantes del lugar” explicaron los integrantes del proyecto desarrollado por la Cátedra “Gestión y Desarrollo de la Vivienda Popular”. Entre los integrantes del proyecto, docentes y estudiantes, se encuentran la directora Marta Giró, María Bernabela Pelli, Noel Depettris, Rafael Franco, Nilce Aguirres, Silvina Bordón, María Briones, Mariana Campos, Valeria Castillo, Carolina Galarza, Christiano Machuca Solé, Diego Osvaldo Mazzaro, Elizabeth Pace, María Belén Sarmiento y Elena Verzilli, entre otros. Para avanzar en el proyecto se establecieron mecanismos participativos y cogestionados de trabajo. Se conformó un espacio de gestión interinstitucional en el cual periódicamente se realizaron reuniones intersectoriales de puesta en común y ajustes del proceso. En el marco del trabajo se elaboraron, inicialmente, planimetrías por manzana, basadas en la sistematización de la información recopilada en el lugar, y a través de sucesivos talleres los habitantes y el equipo técnico-profesional pudieron identificar los problemas, analizarlos y elaborar una posible propuesta de solución. “Mediante técnicas adecuadas se promovió la apropiación del problema por parte de los involucrados para la elaboración y concreción de propuestas acordes al contexto y a la situación real que vivían los habitantes del lugar” recordaron los estudiantes y docentes que participaron de la experiencia de intervención y extensión universitaria. Tras meses de trabajo, se realizaron las actas correspondientes y se confeccionó la documentación definitiva, la cual fue entregada al Centro de Participación y Promoción Comunitaria y a la Unidad Ejecutora ProMeBa para la realización de las gestiones correspondientes en la regularización dominial. EL IMPACTO DE LA EXPERIENCIA La intervención urbana fue una experiencia muy positiva, tanto para los habitantes beneficiados como para las instituciones intervinientes, según considera el equipo docente de la Cátedra “Gestión y Desarrollo de la Vivienda Popular”. El trabajo tuvo incidencia directa sobre tres aspectos: el acceso a la propiedad de la tierra, al posibilitar la regularización definitiva de cada lote; cumplimentar con las condiciones mínimas que exige el municipio para incorporarlo al catastro y así acceder a otros servicios; y el fortalecimiento de la organización comunitaria del asentamiento. En lo social representó, además de la mejora socio-habitacional, el fortalecimiento y la profundización del proceso de organización comunitaria en el asentamiento, pues se ha logrado percibir un alto nivel de implicancia y presencia de los vecinos en el proyecto. Pero también fue una experiencia favorable en lo formativo e institucional para la Universidad. En lo formativo significó la concreción de un espacio curricular de práctica profesional tan anhelado por los estudiantes avanzados que, en muchos casos, representa una primera aproximación a las puertas de la realidad. “La meta de la Cátedra con este tipo de intervenciones es estimular a los alumnos para descubrir activamente lo que van a aprender, en lugar de la asimilación pasiva o enciclopédica” sostuvo la arquitecta Marta Giró, directora del proyecto.
Permite además introducir en los alumnos en la temática del diseño de procesos de gestión sociohabitacional, superando la acotada visión del diseño arquitectónico y el diseño tecnológico de objetos como únicos perfiles de los profesionales de la arquitectura.
Por otro lado, en lo institucional la necesidad de incorporar para este trabajo otras disciplinas llevó a la cátedra Gestión y Desarrollo de la Vivienda Popular a articular tareas con el Instituto de Servicio Social y la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y Políticas.
Además posibilitó profundizar el involucramiento activo de la Universidad en una problemática de importante actualidad como los asentamientos urbanos y las ocupaciones masivas de tierras privadas y fiscales.
“Los asentamientos urbanos reflejan a su vez otras realidades críticas que afectan a la región como la creciente demografía, la imposibilidad de acceso a la propiedad de la tierra, y las necesidades habitacionales básicas insatisfechas” coincidieron los estudiantes y docentes de la UNNE que formaron parte del proyecto.
La experiencia en el Asentamiento Soberanía fue con éxito presentado en distintos eventos científicos nacionales e internacionales, como una propuesta concretan de solución basada en un modelo de gestión participativo y cogestionario.