GRACIAS A LA SOLIDARIDAD PUDO ALCANZAR UN COSTOSO IMPLANTE
Viernes, 12 de julio de 2013
Zamira volvió de China y con el tratamiento ya mejoró su visión
La niña chaqueña de siete años hoy ya juega sola y hasta puede ir al baño sin necesitar la ayuda de alguien. Próximamente deberá realizarse estudios de control y el año próximo volver a la clínica para una segunda cirugía.
Zamira Borgeaud, la niña de siete años oriunda de la vecina provincia de Chaco, que nació con desprendimiento de retina, volvió de China luego de alcanzar, gracias a la solidaridad de la gente y el sacrificio de sus padres, el implante de células madres que necesitaba para mejorar su calidad de vida.
A fines de marzo habían viajado a ese país donde permanecieron en una clínica de última generación, uno de los únicos lugares donde se realiza ese tipo de intervención quirúrgica, donde estuvieron por el lapso de cuatro semanas. Pero el año que viene deberán volver para concretar el segundo implante.
“Llegamos hace un mes y medio aproximadamente. Zami mejoró un montón, pero los cambios ya se notaron en China donde comenzó a conocer colores primero y después la figura de esos colores”, contó ayer en diálogo con época Alejandro Borgeaud, su papá.
Contento y agradecido con todos los que colaboraron de las múltiples campañas que realizaron por el periodo de casi de un año, el hombre no dejó de pensar también en todos aquellos chicos que como Zamira necesitan acceder a un implante de células madres y no pueden hacerlo. Apuntó a la necesidad de que el Estado sea el que colabore con este tipo de situaciones. “Lo que también nos gustaría es que al ver la mejoría en la visión de mi hija, muchos otros chicos y grandes que necesitan este tratamiento reciban una ayuda concreta de nuestros gobernantes ya que realizar una campaña para juntar el dinero necesario es muy desgastante y trae aparejada muchas complicaciones”, reflexionó.
Respecto de los avances que experimentó la pequeña en su vida cotidiana dijo que “los cambios se notan a primera vista, por ejemplo ahora en la escuela ya sale del salón y va al baño sola cuando antes siempre tenía que acompañarla alguien. Ahora juega sola, también con los amigos del hermano y sus amiguitas cuando antes dependía de ellos y muchas veces éstos a modo de chiste se escondían de ella, sin embargo ahora ella los puede ver”.
Por otra parte indicó que antes de ir a China nunca le había llamado la atención la televisión “sin embargo ahora la solemos ver paradita frente a la tele escuchando, cosas que antes ni siquiera hacía, aunque no debe mirar por ahora televisión porque forma parte del tratamiento”.
Su historia Zamira nació prematura el 13 de noviembre del 2006 en el Sanatorio Güemes de Resistencia, Chaco. Pesaba en ese momento 1,550 gramos con 31 semanas de vida. Tuvo retinopatía del prematuro severa y como secuela le quedó desprendimiento de retina sectorial temporal en ojo derecho, y sectorial nasal en ojo izquierdo ya a los dos meses de vida.
Desde que cumplió un mes le realizan estimulación visual y para poder mejorar su calidad de vida era indispensable un implante de células madres, cuyo monto al que debieron alcanzar para lograr el viaje y su tratamiento fue 50 mil dólares.
Cabe recordar que su rostro trascendió y la solidaridad enlazó el puente entre ambas provincias llegando su historia también a Corrientes. En distintos supermercados y shows musicales se pudieron ver pancartas y urnas para colaborar con su sueño, que logró convertirse en realidad.