El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, sorprendieron ayer al mundo al concretar un inesperado encuentro en la zona desmilitarizada que separa las dos Coreas, descongelar la relación bilateral y relanzar las esperanzas de un acuerdo de desnuclearización de la península
Por primera vez en la historia, un presidente estadounidense pisó suelo norcoreano, un gesto sorprendente de Trump que rápidamente derivó en el deshielo de la relación bilateral, paralizada desde principios de año.
El encuentro, que públicamente propuso el sábado Trump desde su cuenta de Twitter, se convirtió en una cumbre informal en la que una vez más fue fundamental el papel jugado por el presidente surcoreano, Moon Jae-in, una figura clave en el proceso de desnuclearización de la península de Corea.