Roberto Lavagna le pidió a la gente que "vote con el corazón"
El precandidato a presidente por Consenso Federal votó en un colegio de Belgrano y les hizo un llamado de atención los fiscales: "Que se queden hasta controlar el último voto"
Tras pasar el fin de semana en familia en su chacra de Cañuelas; el precandidato a presidente por Consenso Federal, Roberto Lavagna, emitió su voto a las 9.45 en un colegio del barrio porteño de Belgrano.
Si bien su presencia estaba pautada para las 9 horas, el economista arribó muy tranquilo y sin apuro al Instituto San Francisco de Asís ante la atenta mirada de la prensa y las autoridades de la mesa 5650.
Vestido con un pantalón oscuro, una camisa blanca y una campera inflable de plumas color azul, Lavanga arribó manejando su propio y pudo ingresar al cuarto oscuros sin mayores inconvenientes ya que prácticamente no había votantes. Fue un trámite rápido, apenas duró dos minutos.
Tras sufragar, el precandidato evitó hablar de política y destacó como "día estupendo" la jornada soleada de las PASO. Aprovechó para llamar a "votar con el corazón" y de "manera pacífica" para que "el país pueda obtener una radiografía de lo que desea la gente".
Se mostró convencido de que va a ser una elección transparente, más allá de algunas denuncias, y dijo que su partido "respetará los resultados electorales". Sin embargo, remarcó: "Les pedimos a los fiscales que se queden hasta controlar el último voto".
Luego de conversar con los medios, Lavagna se fue a su casa de Saavedra -almorzará ravioles de ricota junto a sus hijos y sus nietos- y luego se reunirá junto a su equipo en un hotel céntrico cerca de Plaza de Mayo. Al gobernador Juan Manuel Urtubey recién lo verá por la noche, ya que vota en Salta.
A los 77 años, y cuando muchos pensaban que su carrera política estaba terminada, Roberto Lavagna volvió al ruedo con el objetivo de generar una tercera fuerza alternativa a la "grieta".
Al ex ministro de Economía lo mueven dos objetivos: hacerse cargo del gobierno y enfrentar la crisis económica que atormentó a Macri y a los argentinos en los últimos dos años; impulsar un nuevo espacio que sirva para que los dirigentes más jóvenes que están junto a él puedan usarlo de piso.