Jueves, 5 de Junio de 2025
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El arzobispo convocó a transformar el país
Domingo, 28 de julio de 2013
Imponente muestra de devoción durante la 18ª Cabalgata de la Fe
El arzobispo de Resistencia, Ramón Dus, durante la misa central de la decimoctava Cabalgata de la Fe realizada ayer en la ermita de San Pantaleón, ubicada en el parque provincial Pampa del Indio, convocó a los chaqueños a construir una sociedad más justa donde alumbren los valores de Dios, que son valores humanos.


“Es un año difícil en el país, de desencuentros y de falta de diálogo, pero también un año de oportunidades para decir juntos podemos transformar nuestro país, nuestra provincia y nuestro medio. No se necesita pintar todo de religioso sino que entre nosotros hagamos surgir esa mayor disposición de reconocernos en una unidad fundamental: somos hermanos, hermanos en Dios y en Jesús”, agregó.



“Por otra parte porque somos hermanos somos responsables unos de otros, el valor de la fraternidad es un valor evangélico, pero también es un valor que atraviesa toda la sociedad, es un valor humano, entonces debemos custodiar nuestra fraternidad en el recíproco respeto y buscando el bien de todos”, manifestó. “Me pareció oportuno traer una frase del documento de Aparecida. Todos nosotros que somos discípulos y misioneros de Jesús, tenemos la fuerza para no sucumbir ante las tentaciones de egoísmo y del materialismo”, comentó.



“El documento dice que nosotros tenemos la capacidad de construir un consenso moral sobre para edificar una sociedad justa. Y desde este consenso común y recíproco vale nuestro compromiso de cristiano”, determinó.

“Tenemos que recíprocamente ayudar a la responsabilidad para que nuestra vida esté impregnada de los consensos necesarios para contrarrestar toda injusticia y aquello que hace menos digno a nuestra gente”, mencionó.

Rozas y la intendenta Aída Ayala durante la misa que se desarrolló en el parque provincial Pampa del Indio. La jefa comunal no perdió la oportunidad de lucir una prenda glamorosa.

“Jesús quiere fortalecer el amor de hermanos, amigos y familia, es la garantía de que no nos haremos daño, de tratarnos de un modo más justo, de que podemos defendernos recíprocamente de nuestros derechos y dignidades, en comprometernos en un bien más grande por nosotros y los demás”, definió.

“La palabra de Dios subraya que hay que pedir con insistencia, este recurrir a Dios desde nuestra realidad y necesidades que tiene una función, como dice Jesús, al final del fragmento que acabamos de leer, tener el amor de Dios en nuestros corazones, es amor fuerte que llamamos Espíritu Santo”, mencionó.



“El amor de Dios nos sostiene y nos hace caminar. Nosotros todos tenemos como hemos tenido siempre, una condición que nos hace indignos ante Dios, que es un misterio porque el mal obra en nosotros, pero que tenemos la certeza de que alguien pagó por nosotros, canceló nuestra cuenta”, comentó.

“En la primera lectura Abraham regatea a Dios, regatea porque le parece que son muchas las condiciones y va bajando esa cuota de justos que pueden interceder por los pecadores. El profeta Jeremías dice que Israel vivió una experiencia de exilio porque Dios no pudo encontrar ningún justo en Israel y por eso el profeta intuye que sólo alguien que cargue nuestras culpas puede interceder y salvarnos”, aseguró.


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