Encuentro de mujeres QOM: Historias y vivencias de desigualdades y expectativas de igualdad
Esta jornada estuvo llena de sentires y saberes a través del relato de experiencias y situaciones cotidianas de las mujeres del barrio.
Desde la Fundación Acompañarte se realizó un encuentro de mujeres pertenecientes a la comunidad Qom del Gran Toba en la “Casa de la Memoria” el día 3 de marzo de 2022, con el anhelo de jerarquizar el rol de las mujeres proponiendo reivindicar los derechos de las hermanas originarias, acompañar sus luchas, restablecer el respeto y resaltar la importancia de la participación de en la comunidad Qom en la vida pública, visibilizando sus fortalezas y el papel clave que poseen en los territorios, preservando y ampliando los derechos humanos que son siempre derechos colectivos.
Esta jornada estuvo llena de sentires y saberes a través del relato de experiencias y situaciones cotidianas de las mujeres del barrio. La actividad se dividió en dos partes: la primera con la participación exclusiva de las mujeres de la comunidad contando sus vivencias y la segunda parte se convocó al plenario a autoridades, referentes y organizaciones con la consigna de escuchar activamente.
Esta extensa lucha a lo largo de la historia en busca de conseguir igualdad y derechos, respeto y un trato digno con igualdad de oportunidades y condiciones para que las mismas se concreten. Por eso, en el Día Internacional de la Mujer se busca conmemorar la lucha del género por su participación dentro de la sociedad, su desarrollo íntegro como personas y principalmente su emancipación y liberación en las diferentes dimensionesde la vida
Por esto la consigna del encuentro fue un llamado a reflexionar sobre las desigualdades y la importancia del rol de las mujeres de la comunidad en el pasado y el presente para construir con las jóvenes un futuro superador, en donde se respeten sus derechos y haya oportunidades para todos en el acceso a la educación, la salud, la sexualidad, etc.
La profesora qom Noelia González(de la Fundación Acompañarte) logró generar un clima de empatía, confianza y circulación de la palabra donde de manera muy emotiva y con la voz cargada de sensibilidad se fueron tejiendo las historias que hicieron del taller una experiencia genuina de construcción grupal comunitaria.
Las compañeras manifestaron saberse víctimas de las desigualdades y estereotipos que las violentaron, sobre todode algunos actores sociales y dinámicas institucionales que les asignaron roles que son excluyentes y limitantes como mujeres de la comunidad originaria.
Como expresó una de las participantes:- “Yo he vivido mucho sufrimiento desde niña hasta grande. No conozco la escuela, a mi me crió mi abuela y me dijo que tengo que ser ejemplo para mi familia. Vos no vas a ir a la escuela pero tus hijos sí, para que ellos nunca tengan que pasar por este sufrimiento”.
Del algún modo se les ha exigido ser mujeres sostenedoras que sacrifican su vida por sus hijos para que logren metas y se superen teniendo una “vida afuera” de la propia cultura y tradiciones, ya sea estudiando, trabajando o levantando la voz; cargadas con miedos, con culpa y con dolor. Las mujeres siempre fueron víctimas de violencia por un contexto que las reducía a tareas de cuidados (del hogar, de los chicos, de enfermos, etc) y la exclusividad de estas impedía poder salir al mercado laboral formal o a una educación para formarse profesionalmente. Esas situaciones las volvía dependientes y también invisibles. Incluso cuando logran insertarse en el mercado laboral, las mujeres de la comunidad se encuentran en desventaja con respecto a la escasa oferta laboral que se reduce solamente a tareas de barrido, limpieza y cuidado de menores. Además de enfrentar las peores condiciones por ser la mayoría de las veces trabajos precarios y mal remunerados en donde sus derechos son vulnerados.
La participación de la Comisión Provincial por la Memoria y la Fundación Al Fin Justicia en el plenario vuelven a poner en relieve que la lucha de hoy es para que nuestras jóvenes puedan reconocer las desigualdades y ponerlas en palabras para que ninguna mujer deba naturalizar el sacrificio como parte de su destino, para que ser mujer en este mundo no sea sinónimo desigualdad ni de opresión sino de libertad y transformación.