Acampe en Castelli: el Defensor del Pueblo alertó por el avance del hambre y planteó una cuestión humanitaria
Voloj se reunió con referentes de las comunidades y pidió respuestas urgentes porque la situación no puede seguir esperando. “Hay que solucionarlo”, apuntó. El acampe que se inició el 8 de agosto y finalizó sobre el fin de semaana pasado, contó con la presencia de más de 1.000 ciudadanos de distintos puntos de la provincia en reclamo de asistencia sanitaria y alimentaria, oportunidades de trabajo genuino, acceso a herramientas y un esquema productivo.
El Defensor del Pueblo del Chaco, Bernardo Voloj, estuvo en Castelli recientemente donde se entrevistó con los referentes del acampe que por unos 20 días fue el reflejo de la protesta de las comunidades originarias y criollas de El Impenetrable.
En diálogo con Es Chaco, Voloj alertó por el avance del hambre, las restricciones alimentarias a las que están siendo sometidas miles de personas, el resurgimiento de enfermedades y la falta de respuestas por parte del Estado.
El acampe que se inició el 8 de agosto y finalizó sobre el fin de semaana pasado, contó con la presencia de más de 1.000 ciudadanos de distintos puntos de la provincia en reclamo de asistencia sanitaria y alimentaria, oportunidades de trabajo genuino, acceso a herramientas y un esquema productivo.
“Los merenderos se han cerrado por esta cuestionable idea de no intermediarios lo que ha generado que el hambre comience a notarse cada vez más fuertemente”, advirtió.
El Defensor del Pueblo marcó la urgencia con la que el gobierno deberá actuar para atender los reclamos porque se registra un avance de varias enfermedades asociadas a la desnutrición como por ejemplo la tuberculosis.
Al respecto sostuvo que el cierre de los merenderos dejó sin cobertura alimenticia a miles de personas, entre ellos niños y niñas, pero también causó un golpe en la organización y el funcionamiento social de las comunidades.
De todas maneras, Voloj destacó que los referentes aborígenes y criollos reclaman una presencia del Estado que vaya más allá del asistencialismo y que comprenda un real y genuino acompañamiento en materia de producción, cultura, deportes, cobertura sanitaria y recreativa.
En otro tramo del contacto con este medio, el ombudsman alertó por los temores de las comunidades por el avance de las adicciones y de consumos problemáticos en franjas de la población cada vez más joven.
En ese punto marcó que a comienzos de este año se cerraron talleres culturales y musicales que servían de contención a niños y adolescentes, lo mismo que pasó con propuestas deportivas que ayudaban a integrar.
“El pedido es también para sean capacitados en producción, en huertas, ladrillera, cementera baja y otras cuestiones a mator escala que contemplen oportunidades de trabajo que van mucho más allá del bolsín”, enfatizó.
El Defensor del Pueblo lamentó que en estos meses se hayan dado de baja diversos programas que llegaban a las comunidades con semillas, agua, herramientas, insumos y kits para el trabajo de la tierra.
“Apuntamos a que esta situación que se refleja con el acampe sirva para tender puentes, buscar espacios de diálogo y no que simplemente genere enojo cuando se marcan ciertas cosas que están mal y que podrían empeorar”, sostuvo.
“Es bueno que cuando se hacen notar errores o cuestiones que necesitan de la atención del gobierno no se tome como un ataque o como algo político”, remarcó.
“Esto claramente que no es político ni ideológico sino que es algo humano porque cuando el hambre hace ruido no importa a quién votó esa persona sino que hay que solucionarlo”, finalizó.