Por Leticia Muñoz - Más medios, más voces, más opiniones, más debate, mejor democracia. Ese marco teórico, palabas más, palabras menos, rellenó durante mucho tiempo discursos políticos o institucionales de distintos gobiernos, partidos y organizaciones de la sociedad. Sin embargo, más allá de distintas acciones a lo largo del tiempo para favorecer y garantizar la pluralidad, hoy las voces más críticas son señaladas, escrachadas, aisladas o canceladas con formas cada vez más violentas promovidas incluso desde las más altas esferas del poder.
Por si faltara recordarlo, la libertad de prensa y, en consecuencia, la libre circulación de la información, es indispensable para informar a los ciudadanos y permitirles que exijan a sus dirigentes que cumplan con sus promesas.
Las limitaciones que encuentra hoy el gran universo de la comunicación y de la información, están dadas por la crisis económica que atraviesa el país –pese a la promocionada recuperación de algunos indicadores- y su incidencia en las empresas periodísticas y en las condiciones laborales de sus trabajadores; la degradación y virtual desaparición de los medios públicos, y la potencia de las redes sociales como lugares de generación de contenidos (y de fake news).
El 2024 fue un año de cuantiosos despidos de trabajadores de la comunicación, tanto en ámbitos públicos como privados, a nivel nacional y provincial. Algo que también signó el inicio de este 2025 en el Chaco.
Desde que asumió el poder, el gobierno nacional se jactó de haber eliminado la pauta publicitaria oficial, mientras que el provincial utilizó ese instrumento con métodos poco transparentes y discriminando a los medios más chicos, según fue advertido en varias ocasiones por las representaciones sindicales de periodistas y de medios.
Todo eso ocurrió en un escenario donde comienza a consolidarse algo preocupante: gobernantes que sólo creen que su verdad es válida. Una suerte de pensamiento único que no acepta disidencias y genera un ambiente hostil para la diversidad de opiniones, alejándose de políticas que promuevan la construcción de una sociedad más equilibrada.
Hacer pública una opinión crítica o contrastar datos oponiéndolos a la información oficial resulta en estos tiempos una aventura periodística con un futuro cierto: caer en las “garras” de quienes defienden un discurso único y sin apertura al debate –algo promovido cada vez con más fuerza por el presidente de la Nación- o, en el caso chaqueño, de quienes imponen condiciones a partir de la publicidad oficial.
¿Está bien cuestionar decisiones o inacciones del gobierno? ¿Quién se atreve en estos tiempos a cuestionar alguna acción o política implementada por el gobierno chaqueño? ¿Vale estar en desacuerdo con sus lineamientos u oponer simplemente algún dato que no se corresponde con la comunicación oficial? .
EsChaco es uno de los pocos medios de comunicación de la provincia que ha resultado en estos tiempos un lugar donde cada quien puede decir, ni más ni menos, lo que piensa. Es el espacio donde se han reflejado incontables problemáticas de quienes resultaron afectados por decisiones del gobierno nacional y del provincial. Pero no sólo es una tribuna para quienes desean objetar algo, sino que también –y como corresponde a la pluralidad- ha mostrado acciones oficiales en favor de la ciudadanía.
Entonces, ¿cuál es hoy la real dimensión de la libertad de expresión y de prensa en un escenario marcado por despidos y precarización laboral al extremo en la actividad periodística, con medios públicos diezmados y con empresas periodísticas agobiadas por la crisis?.
La publicidad oficial (o pauta) tiene, desde tiempos remotos, incidencia disciplinadora en los medios. Lo han dicho y denunciado incontable cantidad de veces representantes políticos, sindicales, sociales.
Pero, ¿sabemos todos cuál es la función de esos recursos publicitarios? ¿Para qué el Estado destina recursos a los medios? La premisa original siempre ha sido reflejar en forma masiva las acciones de cada gestión, para que la sociedad las conozca, pero de ninguna manera debió significar una intromisión en una línea editorial, como finalmente a través de los tiempos terminó por concretarse.
Resulta entonces que, en una época de crisis económica donde predomina la escasez de recursos y los anunciantes están jaqueados por un consumo cambiante y en baja, ese poder del Estado sobre los medios en que coloca sus recursos es todavía más condicionante.
Despidos Según el Observatorio Laboral de Fopea, en 2024 se perdieron 1337 puestos de trabajo periodísticos en el país, entre aquellos del sector público y del privado.
En los medios del Estado nacional, desde diciembre de 2023 hasta septiembre de 2024, se produjeron unas 867 cesantías de trabajadores, según los datos aportados por el jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, en su último informe de gestión ante el Senado, y otros recogidos el Observatorio.
Desde comienzos de 2024, en el sector privado a nivel nacional se relevaron unos 470 puestos de trabajo perdidos, en su mayoría periodistas, “en el contexto de un proceso más amplio y complejo, que se inició hace varios años, aunque se aceleró, a la par del que se vino dando en los medios públicos de comunicación, a partir del comienzo de la nueva gestión de gobierno”, indicó la organización.
En el Chaco, todo comenzó con el cierre de la Agencia oficial de Noticias FOCO, anunciado por el gobernador Leandro Zdero el 29 de diciembre de 2023 en rueda de prensa, y pese a que el presidente de la empresa Ecom Chaco –ámbito donde funcionaban los medios públicos- había analizado junto a los trabajadores alternativas para la continuidad de esa fuente laboral. Siete trabajadores fuimos despedidos en aquella oportunidad, y luego otros que habían sido reubicados en otras áreas, durante el transcurrir del año.
En el inicio de este 2025, también en un anuncio mediante una conferencia de prensa de funcionarios del gobierno, se avanzó en la “reconfiguración” del multimedios Somos Uno, despidiendo a 86 trabajadores, con la promesa de “recontratar” algunos con condiciones laborales distintas –menos favorables- dentro de la estructura gubernamental.
En tiempos de muy escasos recursos y selección de prioridades, pueden reunir cierto consenso de la sociedad quienes cuestionan el financiamiento de medios de comunicación de gestión pública; pero justamente en tiempos como los que corren, acallar voces alimenta aquella idea de un pensamiento único, y debilita la diversidad y el debate que nutren a toda democracia.
--- …la libertad de prensa, la independencia y el pluralismo siguen siendo objetivos importantes para garantizar la información como bien público, derecho del que toda la humanidad debe gozar para alcanzar el cumplimiento de las aspiraciones humanas. …
Declaración de Santiago + 30 adoptada en la celebración del Día Mundial de la Libertad de Prensa (Santiago de Chile, 2024)