Por Domingo Peppo - Cuando uno llega a una altura de la vida y mira para atrás, ve un camino recorrido que, en mi caso, agradezco a Dios, como siempre he dicho, con las dificultades, momentos y situaciones difíciles que me tocó pasar, pero también en lo que pude hacer a lo largo de ese camino, de ese ingeniero correntino que lo único que tenía era un título de la universidad pública y valores que me dio mi casa y el entorno en que me fui formando; que hoy me hace ser quien soy.
De ese camino, una buena parte fue la profesión de ingeniero, en la que trabajé muchos años, pero predominó una pasión que abracé y es la política, que me llevó a cumplir sueños y hacer cosas por la gente. Claro, no fue fácil, mucho esfuerzo, sinsabores, amarguras, pero con algo que es parte del compromiso con la vida, que es la coherencia, que para mí ser coherente es uno de los mayores patrimonios que debe tener una persona. Además de muchas personas que me ayudaron, que fueron parte de este camino y otras que se quedaron o tomaron otro compromiso, pero mi agradecimiento a todos, absolutamente a todos.
Hoy la política sigue siendo mi pasión, pero con una mirada quizás distinta o crítica de la política y de los políticos. Siempre me consideré una persona de diálogo y que escucha, pero también enérgico cuando estoy convencido de lo que está bien y hay que hacer.
Hace un tiempo veo poca humildad en general en la dirigencia política, por supuesto siempre hay excepciones, pero no reconocer absolutamente nada de la otra posición, opinión o gestión; mentir descaradamente con la anuencia de muchos sin decir nada. Esto alimenta un egoísmo que desnuda a una dirigencia que difícilmente tenga la consideración de la gente, y la valoración de la política y que ayuda poco a buscar empatía y, por supuesto, la verdad de nuestra realidad. La máxima expresión de esto la tenemos en el presidente de la República, donde alimenta más una grieta o porque promueve enfrentamiento de la propia sociedad, con un lenguaje obsceno e inapropiado a su rol; no digo que deba ser tibio, pero todos algo podemos aportar y ser respetados.
Mi compromiso con la política hoy es desde mi historia, de coherencia y valores, aportar para la vuelta del peronismo al gobierno, peronismo que estoy convencido como idea y cultura de vida para que la gran mayoría del pueblo viva mejor y pueda progresar, ser respetado y valorado como ciudadano; pero más como persona, de un estado presente para defender derechos sobre todo de los más débiles, promover oportunidades y trabajo que es lo que dignifica al ser humano; de ese peronismo hablo, quiero y promuevo. Es justamente para recuperar la confianza y desde ahí el gobierno que necesitamos de humildad, honestidad, escucharnos, reconocer errores, generar renovación progresiva de la dirigencia, un proyecto superador, entre otras tantas cosas, esto vale para la nación, la provincia y los municipios.
La pregunta es si estamos en este camino o hacemos lo fácil de siempre, creo que los peronistas esperan una nueva actitud para comenzar la recuperación como movimiento que siempre transformó este país y seguramente ese momento llegará, porque de este escenario que hoy vivimos de decadencia del estado y tanta gente que se va quedando fuera del sistema, es y será el peronismo quien tendrá que volver a recuperar a la Argentina para los argentinos.