La invasión - EsChaco.com - Resistencia

ESPECIAL ESCHACO 12º ANIVERSARIO

Jueves, 9 de enero de 2025

La invasión

Por Cacho Quirós - Hace dos años, junto con mi amigo y compañero Raúl Hongo Morresi, fuimos a Jujuy a llevar nuestra solidaridad a la dirigente social, injustamente perseguida, Milagro Sala. Faltaban entonces muchos meses para las elecciones presidenciales, sin embargo, en medio de esos paisajes tan hermosos como agrestes, llamaban la atención las banderas amarillas y negras de la Libertad Avanza. Eran una premonición de un fenómeno anómalo, aún en medio de un país en el que lo raro puede volverse cotidiano, y el sentido común aceptar lo estrafalario.

Tiempo después, en plena campaña electoral, visitamos Castelli, en nuestra provincia. Allí también, a las puertas del Impenetrable, ondeaban las insignias con la figura del candidato de la ultraderecha en camionetas ploteadas. Fue allí, ya reunidos con compañeros militantes, cuando nos interpelamos: "¿Qué hicimos mal, para que los extraterrestres se paseen por las calles y los hogares con su prédica de odio y revancha, contra el afán solidario de justicia de nuestro pacífico pueblo?".

Dos geografías, la Puna y el Chaco profundo, una única deuda, la justicia social. No en la forma concebida por las élites, esas que reparten la subsistencia como obsequio, mientras ignoran los derechos de las mayorías. El primer mensaje que enviaban, antes del voto, los habitantes de territorios tan alejados del siempre privilegiado centralismo porteño, era "Queremos ser vistos, queremos ser escuchados, queremos ser tenidos en cuenta".

Es cierto, las obras encaradas por Milagro en Jujuy iban en esa dirección, también en el Impenetrable se plasman obras, pero muchas veces lo subjetivo excede al cemento de la infraestructura. Allí donde la publicidad avanza y la educación retrocede, hay un vacío que se llena con el discurso mentiroso del invasor. Entonces los viejos espejitos de colores cobran actualidad y colonizan las conciencias.

Si a esto le sumamos que la gestión de los gobiernos de matriz popular corre con las urgencias que provoca la desatención de aquellos gobiernos que, como el actual, solo vienen a consolidar las desigualdades, el atraso, y la pobreza, están dadas las condiciones para el atropello. Entonces pasamos a vivir en emergencia, y el buen gobierno se reduce a las medidas paliativas, y hace la vista a un lado ante las escuelas cerradas, las enfermedades crónicas, la arbitrariedad del autoritarismo, y el despojo de la tierra.

No le va mejor al habitante de los grandes núcleos urbanos, si bien se acerca al sitio de toma de decisiones, deja en el camino las incontables pérdidas que padecemos, desde la calidad de vida hasta el trabajo digno, y termina por engrosar el ejército de la disconformidad y la desesperanza.

La invasión no admite disidencias ni matices, se aceptan sus condiciones de especulación financiera y destrucción de la industria, o hacen tronar las fuerzas del cielo, se es dócil frente al atropello y la entrega, o repican los protocolos represivos. La invasión no trepida ante las famélicas instituciones democráticas, si en 40 años no fortalecimos el músculo de la participación ciudadana, si desatendimos la pedagogía de los derechos colectivos, si desguarnecimos la retaguardia educativa, si sucumbimos a la cultura neoliberal que ellos expresan, no habrá atenuantes para la derrota.

Todavía nos falta la épica que convoque a recuperar la Patria.

Escribe, Carlos Davel Quirós escritor y docente en historia.