Chaco Puede, la ficción de la dictadura ataca otra vez
“Chaco puede” termina en 1983 “Chaco zona de desastre”. La rotura del dique del Río Negro como metáfora de la imagen hecha añicos de “Chaco Puede”. En la siesta del 28 de julio de 1982, apenas mes y medio después del fin de la guerra de Malvinas, el dique del Río Negro se rompió, obra inaugurada con bombos y platillos en el marco del centenario de Resistencia, en pleno auge de la campaña de marketing publicitario del “Chaco Puede”
Fue a las 15.30 cuando, en medio de una gran creciente, cedió el dique regulador sobre el Paraná, inaugurado apenas cuatro años antes. Unas 20.000 personas debieron abandonar sus hogares ante el rápido avance de las aguas.
Me acuerdo perfectamente de ese día. De la nueva angustia que nos llegó de sorpresa, como una trompada. Tenía diecinueve años por ese entonces. Leo ahora una nota de Diario Norte, que evoca ese hecho en su aniversario número treinta y ocho.
Se podían ver en las puertas de las casas bolsas de arena y hasta pequeños tapiales para que no ingresara el agua en los domicilios y se estuvo a punto de evacuar toda la ciudad.
Crónica de un año de agonía:
Esta situación dramática, lejos de atenuarse se agravó y prolongó durante un año. Transcribo, a continuación, el texto periodístico del Diario Norte que da cuenta de nuestro padecimiento colectivo. Tras la rotura del dique la emergencia continuó y el 5 de diciembre de 1982, en un dramático mensaje por radio, el gobernador de facto Ruiz Palacios, ante el avance incesante de los ríos Negro y Paraná, instó a abandonar las casas de las zonas bajas y las amenazadas.
En esos momentos había ya unas 20.000 personas en los albergues y se hablaba de la posibilidad de una evacuación masiva si se dieran fuertes lluvias. Ese día el Paraná alcanzaba 7,25 en Barranqueras y seguía creciendo. Días después el gobierno nacional declaró al Chaco “Zona de desastre”. El sábado 11 de diciembre ambos diarios de Resistencia publicaron para la población “El Plan Preventivo de Evacuaciones”, para el caso de que fuera necesaria una evacuación en masa.
El 25 de febrero de 1983 el Paraná superó en Barranqueras la marca de 7.63 alcanzada en la mayor inundación del siglo que se tenga registrada, en 1966. Esa marca sería luego mucho mayor, superando con holgura los 8 metros y el agua sobrepasó el muelle del puerto.
El 5 de mayo de 1983 se rompieron las defensas de muchos barrios de Resistencia, por el avance del río Negro, debido a las copiosas lluvias del interior. Villas Río Negro, Odorico, Prosperidad, Chica, Gonzalito y otros barrios estaban totalmente cubiertos por las aguas y la población fue ubicada en escuelas y galpones.
El 22 de mayo, ante el avance de las aguas, con un Paraná que superó los 8 metros en el puerto, se ordenó la evacuación total de Puerto Vilelas y se decidió que sólo quedaran en las casas los jefes de familia. El mismo día las autoridades difundieron el Plan Preventivo para evacuar toda la ciudad de Resistencia en caso de que cedieran las defensas. Los dos diarios de la ciudad publicaron un folleto de ocho páginas con las instrucciones a seguir en caso de que sea necesario el abandono de los hogares. Este folleto volvió a ser publicado el 20 de junio con el río a 8.52 de altura, tres centímetros menos que la marca del siglo en 1905.
Un contingente de 100 niños fue enviado a Santiago del Estero. Se programó el envío de 2.500 menores a otras provincias para recibir atención. Al día siguiente 500 chicos viajaron a San Clemente del Tuyú, costa atlántica y otros contingentes a Salta y a Jujuy.
El 25 de mayo ante la grave emergencia de las inundaciones más grandes del siglo y con la amenaza de una evacuación masiva de la ciudad, no se realizaron ni actos, ni desfiles. Sólo se convocó a la población a una misa celebrada al pie del muro que defendía la ciudad, por la avenida Sarmiento, en inmediaciones del barrio Paykín, que estuvo a cargo del obispo José Agustín Marozzi.
El 20 de junio de 1983, a media tarde, el Paraná alcanzó en Barranqueras una altura de 8.56 metros, la misma marca histórica que en 1905. Al día siguiente llegó a 8.58 produciendo un nuevo récord y, a partir de ahí, el río se estacionó y lentamente comenzó a descender, aunque por veinte días se mantuvo por sobre los 8 metros.
Sin embargo, la impunidad es el saldo que nos quedó como sociedad al cabo de la investigación realizada para hallar a los responsables de esa obra rota a los cuatro años de su inauguración. El proceso a las empresas responsables no pudo probar negligencia en la construcción, aunque tuvo evidencias. El dique había sido inaugurado el 31 de mayo de 1978 y la memoria periodística recuerda que fue una construcción, como mínimo, negligente, porque se fundó sobre tierra apisonada que se echaba para que el agua no desbordara, cada vez que el Paraná entraba por el cauce del Negro.
El Consejo de la Magistratura desestimó las acusaciones realizadas contra los magistrados que intervinieron en la causa a las empresas constructoras, en una sesión del 25 de junio de 1992, diez años después. El 20 de octubre de 1995 la Justicia del Chaco condenó a la empresa Ingeniería y Construcciones al pago de una indemnización de 12 millones de pesos. La sentencia fue apelada y el 26 de agosto de 1998 la Cámara en lo Civil ratificó el fallo de primera instancia. Sin embargo, la empresa volvió a apelar al Superior Tribunal de Justicia, donde la causa prescribió con el paso del tiempo.
Dejo a los lectores y lectoras las conclusiones acerca del accionar de nuestra justicia en torno de este caso.
Lo cierto es que el relato de “Chaco Puede” de la dictadura en el Chaco se rompe en mil pedazos, como el dique del Río Negro, como la quiebra del Banco del Chaco, ya analizado en este ensayo, dejando bajo aguas a buena parte de Resistencia y el gran Resistencia y en medio de la miseria a buena parte de nuestra sociedad, a sus pequeños y medianos productores, otrora protegidos por un sistema cooperativista que fue uno de los blancos móviles de ese gobierno de facto. Porque siempre fue una mera máscara para encubrir, pomposamente, los intereses mezquinos del poder económico para el que fueron su instrumento ejemplar. Porque su fue un nuevo trágico lema “Chaco zona de desastre”.
Puerto Bermejo bajo las aguas para siempre
Pero no alcanzamos a comprender “Chaco zona de desastres” sino incorporamos la imagen de un pueblo entero sumergido bajo las aguas. Porque naufragó, literalmente. Porque con las inundaciones de 1983 ese viejo poblado, uno de los primeros del Chaco, pujante en su origen, desapareció bajo las aguas.
Leo ahora fragmentos de “Una tumba a orillas del Paraguay”, de Vidal Mario
“El derrumbe final sobrevino en mayo de 1983. Las aguas del río Paraguay la cubrieron sin piedad, totalmente. Para entonces ya había perdido más de cien manzanas de su territorio, junto con miles de casas y edificios públicos cargados de historias puras y genuinas. El Campamento, como se denominó al asentamiento formado tras la evacuación masiva de la población se convirtió en el “Pueblo Nuevo” que conocemos hoy” (pp.23-24).
Un poblado histórico que se dejó morir
Evoca Vidal Mario (2009) tanto lo que fue y representó Puerto Bermejo, como su lento e inexorable trágico final que no se supo, no se pudo o no se quiso evitar.
“Deben ser pocos quienes recuerden que Puerto Bermejo, fundado por el general Manuel Victorica el 9 de octubre de 1884, fue declarado “Lugar Histórico” por decreto N16.482 del 17 de diciembre de 1943. Sobrados méritos aquilataba el pueblo para recibir tamaña distinción. En su suelo se libró una de las batallas de la Guerra de la Triple Alianza. Fue asiento del famoso Regimiento 12 de Caballería… “¿Quién recuerda hoy que en 1914, por su privilegiada situación geográfica, fue elegida por el Ministerio de Obras Públicas de la Nación como base para las embarcaciones que navegaban por el río Bermejo? El organismo nacional instaló allí sus talleres navales y, al respecto, un informe de la Comisión de Fomento, fechada el 3 de diciembre de 1928, consignaba:
“Puerto Bermejo cuenta con los talleres del Ministerio de Obras Públicas de la Navegación del Río Bermejo, que producen al Estado más de cuatrocientos mil pesos moneda nacional anualmente y constituyen el más importante factor de progreso del Chaco y Formosa porque atiende toda la extensión de navegación oficial librada al servicio público” (pp.15-16).
Pero el río Paraguay fue socavando sus barrancas hasta que la inundación de 1983 sumergió al pueblo. Para 1925, escribe Vidal Mario (2009) “Puerto Bermejo ya estaba al filo de la navaja”, tanto “que ese año se consolidaron los fuertes reclamos ante los poderes públicos nacionales” (p.20). Se demandaba fuertemente medidas técnicas que detuviesen el avance de las aguas del río Paraguay o desviaran las corrientes. “Es un pedazo de Argentina que se va, la que desaparece”, alertaron. Sus gritos de auxilio no fueron escuchados y el río, con su curso modificado, siguió socavando las barrancas, tragándose propiedades importantes” (p.20).
Quince años después, informa Vida Mario (2009), la prensa chaqueña sumó su voz de alerta (extraído de una editorial de una revista editada en 1940):
Sin ninguna exageración, puede afirmarse que el pueblo de Puerto Bermejo está llamado a desaparecer en un término no lejano, si no se inician las obras de defensa que se solicitaron y que continuamente se reclaman al Gobierno Nacional. Hace varios años se nombró una comisión de vecinos, la cual se entrevistó con las autoridades nacionales para realizar las obras tan necesarias para la seguridad de la población. Se votó una partida para tal fin, y después de seis años no se han iniciado las obras y nadie sabe qué destino se dio a esos fondos. Mientras tanto, las aguas del río Paraguay van carcomiendo las barrancas en que está ubicada la población…
El artículo terminaba con estas proféticas palabras: “Es necesario que los poderes públicos vuelvan sus ojos a las necesidades que la colectividad espera para salvar a la población de una catástrofe, como sería si fuera arrasada por las aguas del caudaloso río Paraguay”.
Son las últimas imágenes del naufragio. Pienso en el título y en el contenido de esa película de Eliseo Subiela que da cuenta de la Argentina que naufragó en 1989, con la hiperinflación y los saqueos que impidieron al presidente Alfonsín terminar su mandato. Porque ese otro naufragio, el nuestro como Chaco, el de la dictadura del ostentoso “Chaco Puede” termina con la vida de Puerto Bermejo cuyo final se pudo y se debió evitar porque las alertas venían de seis décadas atrás. Guardo en mi memoria que una de nuestras reliquias más antiguas, la centenaria parroquia de Puerto Bermejo yace desde mayo de 1983 en el fondo de las aguas del río Paraguay.
Antes de que sea tarde
Recuerdo esos años porque fui parte de ese proceso. Porque en esos años comenzó mi militancia. Porque soy parte de la generación que pidió el retorno democrático y la reapertura de centros de estudiantes clausurados y prohibidos en las universidades por la dictadura. Fui y soy parte de la generación de la reapertura democrática, así como antes, como adolescente, fui parte de la generación maleducada por la dictadura militar, porque ingresé al primer año de mi secundaria en marzo de 1976 y egresé de ella en diciembre de 1980.
Por eso revalorizo ahora, cuatro décadas después, el acontecimiento histórico de la Multipartidaria, a nivel nacional, y en nuestro Chaco, porque su experiencia ardua y compleja, pero fructífera, representó una reinvención política en términos plurales y corales, de la situación de derrota de la cultura política argentina que hacia finales de 1975 se había extraviado en un laberinto del que no supo ni había querido salir. Porque un Chaco moría, el del “Chaco puede” devenido por declaración de urgencia nacional en “Chaco zona de desastre”, y otro emergía como podía del naufragio.
“Antes de que sea tarde”, es un documento clave de la Multipartidaria, publicado el 16 de diciembre de 1981, cuyo subtítulo es “Llamamiento y propuesta a la Nación”, difundido por primera vez el 16 de diciembre de 1981.
Velázquez Ramírez nos presenta el horizonte de sentido de ese texto:
“En dicho documento se advertía el hecho de que «ante el agotamiento del actual proceso crece la expectativa popular por una alternativa del tipo que aspiramos a ofrecer con la Multipartidaria; ante la agresión, los distintos sectores políticos y sociales tienden a unirse encendiendo así la única llama de esperanza que alumbra el panorama nacional» (Multipartidaria, 1982:162). Se presentaba luego un punteo que respondía a los cinco ejes de trabajo en comisión. El resultado, se argumentaba, era el fruto de «esfuerzos de coincidencia programática sin renunciar a nuestras individualidades ni al pluralismo propio de las democracias» (Multipartidaria, 1982:162).
Dicho programa incluía el reclamo por la vuelta a la soberanía popular, el Estado de derecho y la defensa de los derechos humanos; en lo económico-social, el énfasis estaba puesto en la necesidad de recuperar al Estado como instrumento de defensa de la economía nacional y la justicia social; en lo internacional se abogaba por la defensa de la soberanía e incluía un reclamo por las islas Malvinas. El documento finalizaba rubricado por tres conceptos básicos: legalidad, democracia y justicia social” (p. 51).
Por un nuevo contrato social democrático que diga Nunca Más a la violencia colonizadora represiva del neoliberalismo.
Cuarenta y cuatro años después del acontecimiento de ese máximo consenso político-social expresado por la Multipartidaria, fundamental para la recuperación democrática, nuestra vida democrático-republicana, precisamente, está otra vez en grave riesgo. La Alianza del gobierno chaqueño actual con la expresión política del presidente Milei, bajo el nombre del fantasma revivido de “Chaco Puede”, “porque comparten una visión de modelo de país”, exaspera ese peligro, aleja para siempre del campo nacional y popular las banderas históricas de un radicalismo que hoy es solo postal de un pasado al que solo, de tanto en tanto, recuerdan como postales de un pasado demasiado remoto.
Milei expresa los intereses anti Nación-Estado, anti república, anti democracia, anti federalismo, ante Educación y Salud Pública, ante Industria, anti inversión productiva, ante Ciencia y Tecnología, anti derechos, anti diálogo y convivencia democrática, anti Soberanía Nacional.
¿A eso llama el gobierno provincial convergencia con un modelo de país? Lo cierto es que la metáfora nefasta de “Chaco Puede”, manchada de sangre por el proyecto de la miseria planificada de la dictadura vuelve a ser usada como ficción para encubrir una nueva manipulación de homogeneización de la realidad, porque tal como sucedió entre 1878-1983, ahora se cierne acechante sobre toda la ciudadanía chaqueña que no piense como el nuevo nombre de los medios públicos chaqueños señala: “Somos uno”. ¿Muera la diversidad?
Antes de que sea tarde. Antes de que normalicemos y naturalicemos que solo nos queda este camino, ejerzamos la memoria y la conciencia en acción solidaria-colectiva para militar en las calles y en las plazas, en los encuentros de diálogo político, económico, social y cultural que urge urdir, un nuevo acuerdo por una democracia con justicia social y desarrollo sostenible que además de poner frenos eficaces a las violencias actuales que acrecientan las desigualdades sociales y asimetrías entre provincias y regiones, siente las bases para una Proyecto Integral de Provincia y de Nación dignas y autónomas.
... Imagen Fundación Resistencianos Es la foto de Villa Río Negro, el día en que se rompió el Dique del Río Negro, en Resistencia, el 28 de julio de 1982, inaugurado por la dictadura en 1978