Leandro Zdero pensó resolver el resultado electoral en una semana. Sin embargo, de ver por el retrovisor, comenzó a escuchar bocinazos de Jorge Capitanich. Al cierre de semana, tiene varias preocupaciones o temores.
Nadie en su mesa de comunicación le puede explicar por qué el valor diferencial de la “cuestión piqueteros” desciende con el correr de los días.
Así como una parte de la sociedad se cansó de los piqueteros; es probable que también se cansa de escuchar al gobernador y sus ministros hablando a toda hora de los piqueteros, de la corrupción; mientras crece el desánimo por no saber cómo pagar la luz, los medicamentos.
El “Voto cautivo anticoqui” ya está conquistado, producto de 16 años de gestión, y de dos décadas siendo descalificado por medios nacionales a la par de Cristina Kirchner. A Capitanich le pegaron tantas piñas para noquearlo, que terminó despertándolo. Los efectos de los insultos también tomaron una curva descendente. La teoría marginal decreciente indica el primer insulto suma más que el segundo, y así sucesivamente.
La patria de insultadores se achico frente al contrataque de Jorge Capitanich. El diputado Gyoker, y el candidato Ferro se pusieron en “modo vistima”; uno porque le dijeron gordo o algo así; y el otro se empilchó de correctismo para hablar del orgullo familiar.
La palabra mafia tampoco tendría un peso como el planeado. Tomemos nota, Patricia Bullrich intentó una presidencia con ese curro lingüístico, perdió, traicionó a macri, y recaló como Ministra de Javier Milei.
Para el grupo Zdero; Capitanich es jefe de la mafia hace miles de años; y le abrieron una causa de lavado de activos con decretos como pruebas. En esa anemia de pruebas, Zdero comienza a sudar miedo por su futuro, firma miles de decretos.
Ni siquiera mencionemos la causa PIM, la deseada absolución de Aida Ayala está difícil de lograrse, por más presión de la debilitada Karina Milei. Ya se vio; a la vista de todos los medios, y miles de operaciones; de la CSJ cayeron dos jueces nominados por los Milei. Y la línea de operadores macristas podría desacelerarse, por la conversión de Zdero a gobernador libertario.
Los carpetazos judiciales ya no agregan valor persuasivo, es como una mancha más al tigre; ya no le suma lo que le sumó en otras oportunidades.
Sí resta credibilidad al sistema judicial chaqueño. Eso preocupa a jueces, fiscales y auxiliares que transitan una ruta de seriedad, responsabilidad, aprensión al trabajo y formación constante.
No está bueno escuchar que tal fiscal quiere jubilarse, que tal juez busca ser el reemplazo del procurador. Que el Fiscal del caso Cecilia fue coronado con un Ministerio, y ahora será legislador.
El clientelismo Ñachec también viene mal; hasta la semana pasada había dos meses de atraso para la entrega de la cajita de 8 productos. En algunas localidades, generó internas entre punteros, se tiran contra las cajas como pirañas a una carnada. No menos cierto es el maltrato humano a cientos de personas para acreditar su discapacidad.
Los globos, la música y todo el cotillón de fiestas son para la tribuna.
El DJ Olivello (en Alerta Urbana) cada vez tiene que hacer un mayor esfuerzo para mantener al taco la música de orden y seguridad. El criterio de Gustavo Olivello es legítimo e irreprochable, la policía siempre puso los escudos y se aguantó los violentos métodos de los piqueteros. Claro; todas esas amalgamas de recursos estarían siendo dilapidadas por la gestión.
Detrás del show faltan resultados de gestión, y sobran miedos. La gestión no es, pero tampoco parece lo que dicen que es.
La gestión es lo que menos le preocupa, pero el nerviosismo los abraza cuando la idea de llegar al 11 de mayo con una apariencia comienza a caer.
En ese panorama; alguien dijo: “Coqui no hagas guiño para el sobrepaso, se verá la patente del gustavismo”.