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Por el Dr. Gustavo Corregido
Domingo, 17 de noviembre de 2013
Brainstorm
Ya hemos hablado en este mismo espacio sobre el Defensor del Pueblo como un colaborador crítico del poder administrador, sea el organismo que fuera. En el ejercicio de esas funciones, no siempre bien entendidas por todos, este Instituto advierte la existencia de problemas de ciudadanos que están bajo la órbita de de distintas jurisdicciones.




Como una acción destacada, en función de las responsabilidades que esta institución tiene a su cargo, se puede señalar a la colaboración prestada para acercar a esas distintas jurisdicciones que tienen competencias cruzadas ante el reclamo de algunos vecinos.

Importa recordar, que en ese sentido el Defensor de Pueblo había sido convocado por un grupo de vecinos de El Sauzalito para atender la problemática de menores en situación de riesgo. Sectores de esa pequeña comunidad del norte provincial expresaba su contrariedad por los efectos que sobre sus chicos estaba efectuando el alcohol, la droga y el riesgo de otras adicciones.

No fue la primera vez que lo hicimos, pero quizás fue la más notoria. La acción del Instituto del Defensor del Pueblo sirvió para acercar posiciones de una sola vez entre vecinos que planteaban un entramado de reclamos, y los distintos estamentos que deben intervenir en ellos. Así, en la última reunión además de los ciudadanos y las diferentes organizaciones que representaban en ese lugar, estuvo la Subsecretaria de Desarrollo Social de la Provincia, la juez del Menor y la Familia de Castelli, el intendente local, autoridades policiales y la juez de Paz y Faltas de la localidad.

En una tarde, reunidos en un solo lugar, estuvo prácticamente todo el arco oficial encargado de la problemática, convocados por el Defensor del Pueblo, que a su vez tomó el caso ante una inquietud de la misma gente. No es que nuestra tarea fuera decisiva. Pero lo hemos visto reiteradamente, por distintas razones que no podemos escudriñar –básicamente porque es necesario mirar hacia adelante y no hacia atrás-, es complejo encontrar coincidencias entre autoridades con competencias diferentes para intervenir ante un mismo problema.

Pero en verdad, y de esto soy testigo, cuando comienzan a dialogar aquellos que están obligados a dar respuestas a las demandas sociales, empiezan a fluir alternativas. Una especie de brainstorm, en la que las ideas rápidamente encaminan hacia el reclamo de los vecinos.

El brainstorm en nuestro idioma se conoce como “lluvia de ideas”, y si bien la herramienta creada hace 75 años apuntaba a la generación de “ideas originales”, la verdad es que en estos casos de lo que se trata es de aplicar normas o preceptos ya estatuidos. No serían originales, en el sentido estricto de la palabra, pero si en todo caso acordando alternativas para poder cerrar el ciclo que se ve privado de lo que hace una semana presenté como “la última milla”.

Así hemos visto como autoridades del Municipio de Sáenz Peña, del Juzgado de Faltas Municipal, de la Justicia de Faltas Provincial y de la Policía del Chaco, convocados por el Defensor del Pueblo, rápidamente han tomado medidas tendientes a hacer efectivo el cumplimiento y control de las restricciones previstas en la venta de bebidas alcohólicas en lugares no permitidos.

Algo similar se viene haciendo con la Municipalidad de Resistencia y también las justicias de faltas municipal, provincial y la Policía para trabajar coordinadamente en lo mismo.

No es que no lo hubieran hecho antes, sino que ahora lo hacen coordinadamente y pareciera con más efectividad.

Estos encuentros permiten que se limen rigideces sobre cuestiones específicas de competencia y se diseñe una forma de trabajar en la que todos los aportes contribuyan a lograr el resultado esperado.

Se ha hecho muchas veces, en relación a diversos temas, como salud, comunicación de radiofrecuencia, caminos, electrificación rural, se ha sumado incluso a la universidad, específicamente a la Facultad de Ingeniería.

Y se ha hecho de modo directo, que es lo más rápido. Independientemente de las formalidades que en la mayoría de las veces se cumplen y se consumen los tiempos normales de la burocracia, en las oportunidades en las que las normas vigentes habilitan la acción automática, el contacto directo ha demostrado su efectividad, y en eso el caso de Sáenz Peña es paradigmático.

Volviendo a lo mencionado al inicio, es preciso señalar aquí que también en este caso sobresale el perfil de la actividad crítica del Defensor. Es erróneo pensar que el desempeño de una función para la cual fue creado este Instituto tiene el interés de perjudicar a una gestión, por el contrario, las autoridades administrativas entienden mayoritariamente que un señalamiento tiene como fin dar cumplimiento a los objetivos que todos los funcionarios tenemos. Promover el bienestar general, uno de los fines del Estado bajo el imperio de la Constitución.

Todos los entienden de ese modo o deberían hacerlo y eso haría más fácil desempañar la tarea para las que cada uno está llamado.






Por el Dr. Gustavo Corregido

Defensor del Pueblo de la Provincia del Chaco



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