Nuevo estilo de comunicación y agenda política a pleno
Era habitual encontrarlo en la gobernación de Chaco desde la mañana hasta pasadas las 22. Jorge Milton Capitanich mudó su impronta a la Jefatura de Gabinete; un espacio que, si bien las comparaciones son odiosas, parecía vacante a pesar de estar ocupado. Con una frenética agenda, con reuniones con gobernadores y legisladores, le dedicó su primer día en funciones a recuperar el rol de ministro coordinador, que toma un nuevo impulso ante el retiro presidencial del día a día.
Lo hizo sin respiro. Antes del mediodía, Capitanich ya se había reunido con cinco funcionarios: los gobernadores Maurice Closs (Misiones) y Martín Buzzi (Chubut); y los ministros Juan Manzur (Salud), Arturo Puricelli (Defensa) y Carlos Tomada (Trabajo). Más tarde, recibió a los nuevos titulares de Economía, Axel Kicillof, y del Banco Central, Juan Carlos Fábrega. De allí salió la idea del nuevo llamado al diálogo social, revivido por Cristina Fernández de Kirchner entre las dos campañas legislativas, convocando para hoy a sindicatos y empresarios.
Sin disimular el claro objetivo de copar el temario desde temprano, Capitanich rescató el papel comunicacional de su investidura con un contacto con la prensa en la Casa Rosada a las 8 de la mañana. Su resultado fue un crisol temático, con énfasis en lo económico: desde negar eventuales anuncios grandilocuentes para combatir la inflación, con la aclaración de que buscan incrementar el ingreso de flujo de divisas. También esquivó definiciones sobre el futuro del cepo cambiario. Y le envió un mensaje a la oposición, al afirmar que estará abierto a dialogar cuando lo requieran. Con condiciones, ya que especificó que el debate público se deberá dar en el Congreso, por lo que adelantó que tomará contacto con todos los bloques parlamentarios.
Por ahora sólo lo hizo con representantes del kirchnerismo legislativo. Junto al titular de Diputados, Julián Domínguez, y a los jefes de las bancadas oficialistas en ambas cámaras, el senador Miguel Pichetto y la diputada Juliana Di Tullio, analizó convocar a sesiones extraordinarias del Congreso para tratar los pliegos de ascensos militares (no aclaró si incluirán el del actual jefe del Ejército, César Milani, cuyo debate fue pospuesto en campaña en medio de la polémica por su historial) y de diplomáticos.
Las dos caras de la misma moneda. Por un lado, la influencia de Capitanich se expande más allá de su despacho, ocupando áreas ajenas, sobre todo en materia económica, apelando a su título de contador. Algunos de sus pares en el gabinete ya temen que su sombra los alcance. Por el otro, a la obvia licencia en la gobernación, se suma su salida de la Afsca, donde ocupaba una silla en el directorio. En su reemplazo ya fue propuesto Néstor Avalle, un hombre de su confianza.
El objetivo es en los próximos días reunirse con todos los gobernadores, adelantaron en su equipo, que terminará de ser delineado este fin de semana.
En los despachos del Balcarce 50 rememoraron el estilo del poderoso ministro del Interior menemista, Carlos Corach, cuyas conferencias de prensa a la salida de su casa le garantizaban imponer de qué se hablaría durante el día. Sin embargo, no es la primera vez que el chaqueño apela a la misma estratagema: repite lo que hizo durante su anterior paso por la Jefatura, en los caóticos primeros meses de la gestión de Eduardo Duhalde.