Fondos Buitres: El gobierno hizo lo correcto al no ceder
Finalmente, y tal como era predecible, los fondos buitres no aceptaron la oferta del gobierno argentino de cobrar lo mismo que el 93 % de los bonistas que entraron en el canje, pese a que ello les significaba un 300% de ganancias en dólares, habida cuenta del precio en que compraron los bonos.
En realidad el objetivo de dichos fondos especulativos, directos representantes del poder financiero internacional, no fue otro que el de generar un estado de cosas respecto a la cuestión de la deuda externa argentina similar al del año 2001 al pretender utilizar como instrumento la claúsula RUFO de forma que nuestro país abonara el 100% de la deuda a los fondos buitres ahora, lo que dispararía automáticamente sus efectos para la totalidad de los bonistas.
Sin desmerecer la grave responsabilidad del gobierno de Cristina Kirchner en la nueva encrucijada en que se encuentra la Argentina respecto de la deuda externa, entre otras cosas por haber llevado la economía del país a este grado de fragilidad en medio de las condiciones mas que favorables de la última década, era evidente que se trató de una fuerte ofensiva del poder financiero internacional -y de sus socios locales- para volver a los condicionamientos externos que teníamos a fines del siglo pasado producto del tsunami neoliberal.
Varios ejemplos ilustran las razones que esgrimimos. En primer lugar el “inexplicable” fallo de Griesa, que desconoció la voluntad del 93% de los bonistas que entraron al canje, para boicotear a este desde los intereses del 1%, compuesto por fondos especulativos, aprovechándose para ello del vacío lega regulativo que existe a nivel internacional.
En esa dirección fue mas que llamativo el aval que a dicho insólito fallo le diera la Cámara de Apelaciones de Nueva York y, posteriormente, la Corte Suprema de los EEUU al rechazar el tratamiento del caso, agravado esto en el hecho de que faltando apenas unos meses para que perdiera vigencia la cláusula RUFO, no habilitaran desde ninguna de las tres instancias acciones judiciales que pudieran dilatar hasta enero del 2015 el cumplimiento del sentencia de primera instancia.
En el mismo sentido de condiciones leoninas estaba la insistencia de que se acepte y se pague de inmediato lo resuelto por el fallo (abonar el 100% a los fondos buitres), argumentando falazmente que, como ese pago sería producto de una sentencia judicial, no sería “voluntario”,como si fuera garantía esto de que, ante los mas que previsibles juicios de los bonistas que entraron al canje por violentarse objetivamente la cláusula RUFO, los tribunales de Nueva York -como el de Griesa- le darían la razón a la Argentina.
Todos estos elementos constituyen el dato irrefutable respecto a que el poder financiero internacional pretendió retrotraernos a finales de los noventa, esto es, a una situación de endeudamiento tal (120.000 millones de dólares mas, de mínima, si se extendía la claúsula RUFO al pagarse antes de enero) generando que las posibilidades de crecimiento razonable del país a futuro se transformaran en una verdadera utopía.
En paralelo a estas acciones se encontraba también la artera intención del poder financiero de utilizar el producto de las riquezas futuras del yacimiento petrolífero de Vaca Muerta para pagar la deuda externa en vez de destinarlas al desarrollo nacional y el bienestar nacional. Ya conocemos esa historia de la dictadura en adelante, y ya sabemos como terminó en el 2001.
Ha sido entonces correcta la actitud del gobierno nacional de no ceder a dichas presiones que hubieran hipotecado el futuro de nuestro país. En resumidas cuentas, no pagar es claramente el mal menor para los 40 millones de argentinos. Y cuenta por ello con nuestro apoyo; mas allá de todas las críticas que tengamos respecto de las responsabilidades del kirchnerismo por habernos llevado a esta situación y del escenario complejo que pueda resultar el entrar transitoriamente en situación de default.”