Tozzo ampliará su declaración indagatoria el viernes 8
Declararon los exdetenidos Carlos Aranda y Carlos Aguirre y el guardiacárcel retirado Juan Ramón Rodríguez Valiente, cuya participación en la entrega de los detenidos de Alcaidía que fueron fusilados será objeto de investigación.
El viernes la audiencia comenzará a las 7.14 de la mañana con las palabras del único imputado de la causa, luego se escuchará el testimonio de una exdetenida política y el de un exintegrante del Destacamento de Inteligencia 124.
La causa judicial por las cuatro desapariciones forzadas en la Masacre de Margarita Belén que se imputan al capitán de Inteligencia de Ejército Norberto Raúl Tozzo cumplió su cuarto día de audiencia en una jornada -en la que hubo declaraciones testimoniales y la noticia de un próximo testigo- con la declaración de los exdetenidos políticos Carlos Aranda y Carlos Aguirre, con más detalles de la nula posibilidad de fuga o rescate durante los traslados de presos políticos, el testimonio del guardiacárcel Juan Ramón Rodríguez Valiente -que ingresó a la sala como testigo y la abandonó como posible imputado- requerido por la Fiscalía para la investigación de su responsabilidad durante la noche del 12 y la madrugada del 13 de diciembre, y por último la noticia de un nuevo testigo incorporado a la causa. Se trata del abogado Ermindo Navarro, integrante del área administrativa del Destacamento de Inteligencia 124, con sede en Resistencia, entre 1975 y 1976.
En septiembre de 2008 Navarro declaró ante el juez Federal de Posadas Ramón Chavez que tanto Carnero Sabol (condenado en la causa Masacre de MB I) como Tozzo “participaban en grupos de tareas, junto con personal de otras instituciones”, por lo que el fiscal Carlos Amad solicitó se citara a Navarro a declarar este viernes. Otro dato de interés de la declaración de Navarro es que señala la dependencia jurisdiccional de Posadas respecto del D124, otro indicio que viene a avalar la versión del secuestro del desparecido Fernando Piérola en Posadas, en un operativo liderado por Tozzo. La causa pasó a cuarto intermedio hasta el viernes 8 de marzo. La audiencia comenzará a las 7:15 de la mañana y se espera los testimonios de la exdetenida política y compañera de Piérola María Julia Morresi y del abogado Ermindo Navarro. Además, Tozzo realizará una ampliación de su declaración del pasado 1º de marzo.
Testigo complicado
Un día antes, los “palos” fueron para el guardiacárcel Pablo Casco (procesado por falso testimonio) por su desempeño el 12 diciembre en la cárcel U7, y desde la desde la Fiscalía se solicitó la correspondiente investigación. Esta vez el relato de los hechos giró en torno a lo ocurrido en la Alcaidía, sede de la fenomenal golpiza con la que se inició la Masacre de Margarita Belén por lo cual el complicado fue el guardiacárcel Juan Ramón Rodríguez Valiente, que ingresó a la sala del TOF como testigo y la abandonó como posible imputado luego de que el Tribunal decidiera dar por concluido su testimonio para evitar la autoincriminación del declarante.
Rodríguez Valiente cumplió funciones como “oficial sub-ayudante encargado de la oficina de mayoría” en la Alcaidía desde 1974 hasta 1979. La noche del 12 de diciembre fue el encargado de los trámites administrativos para la entrega de los detenidos políticos que fueron trasladados por convoy militar y fusilados en la madrugada del 13. A diferencia de su anterior testimonio en la causa por la Masacre I, esta vez Rodríguez Valiente no supo o no pudo responder con precisión las preguntas de la Fiscalía y de las querellas, y se lo notó nervioso ante la insistencia de la parte acusadora, en la que el fiscal Amad llevaba la voz cantante.
No sabe / no contesta
Dijo no tener conocimiento de torturas en el comedor de la Alcaidía (en ese momento estaba durmiendo), contestó con evasivas cuando se le preguntó por los fusilamientos del 13 y recalcó que su participación se acotó a la tramitación de los documentos de traslado. Reconoció que lo normal eran los traslados efectuados por personal del Servicio Penitenciario en horas de la siesta los días hábiles, y manifestó que no le constan ni motines ni intentos de fuga. Rodríguez Valiente tiene un hermano, José Francisco, oficial sumariante de la Brigada de Investigaciones, que fue condenado en la Causa Caballero por crímenes gravísimos a detenidos políticos.
A medida que se avanzaba en el cuestionario se hacía evidente que el testigo corría serio riesgo de autoincriminarse, y ante lo peliagudo de su situación el Tribunal decidió dar por terminado su testimonio y corrió vista a la Fiscalía de instrucción para que se dilucidara su responsabilidad. El abogado Mario Bosch aclaró que desde la querella se pidió que Valiente fuera “requerido” en 2002, poco después de la reapertura de la causa “junto con 48 otras más personas, entre las que hay sectores de la justicia y de la sociedad civil por las responsabilidades que podrían haber tenido durante la última dictadura militar”.
Testigos exdetenidos
Con la tranquilidad de la experiencia producto de haber testimoniado infinidad de veces a lo largo de todos estos años los exdetenidos políticos Carlos Aranda y Carlos Aguirre confirmaron, cada uno por separado, lo escuchado en días anteriores: la noche del 12 de diciembre un grupo de presos fueron concentrados en el comedor de la Alcaidía para ser salvajemente torturados. Ni desde adentro ni desde afuera era viable la organización de una fuga o rescate. También refirieron haber visto a varios compañeros de militancia que permanecen desaparecidos y se presume pueden haber sido ultimados en la Masacre de MB.Carlos Aguirre vio a la desaparecida Delicia González, a Emma Beatriz Cabral, a Fernando Piérola y Carlos Zamudio en la Brigada de Investigaciones. Con los dos últimos fue trasladado a la Alcaidía el 4 de diciembre. En la Jefatura de Policía Carlos Aranda fue “careado” por sus torturadores con Raúl María Cairé y Zapata Soñez, a quienes negó conocer, lo que motivó más torturas. También se cruzó con Enrique Tereszecuk, muy lastimado después de haber sido torturado con la mayor crueldad. Aranda ayudó a higienizarse a Tereszecuk, que no podía valerse por sus propios medios.
El 13 de diciembre en la alcaidía
El 23 de noviembre fue trasladado a la Alcaidía: “La noche del 12 nos dijeron que nos pongamos de cara contra la pared de los calabozos y que no nos moviéramos. En el silencio se podía escuchar un golpeteo grave, el taconeo de las botas de muchos milicos ingresando a la cárcel” recordó. Aranda dijo que poco después comenzaron a escuchar los gritos y los golpes in crescendo: “A más de un compañero lo mataron a golpes esa noche” sostuvo.
“El miedo se podía tocar” graficó Aguirre, cuya celda, la número 2, estaba pocos metros del comedor donde tuvo lugar la paliza, que calcula duró varias horas. En un momento vio cómo Fernando Piérola era llevado en andas porque los tobillos lacerados le impedían caminar. Al otro día los presos comunes le contaron que habían visto cuerpos inertes siendo cargados a la caja de un camión.
“No estaban para fugas” respondió cuando se lo consultó al respecto; en primer lugar por el estado físico de los detenidos, “pero además, porque era imposible para Montoneros realizar cualquier acción de este tipo porque no había logística y la organización había sido infiltrada a fines del 75 y en abril y noviembre del 76 la conducción de la regional había sido descabezada” contó.
Así finalizó la cuarta jornada del segundo juicio oral por la Masacre de Margarita Belén. La causa entró en receso hasta el viernes 8, fecha en la que reanudará actividad con dos testimoniales y la ampliación declaratoria del único imputado Norberto Tozzo.