La pobreza energética es la interacción de tres principales factores: energía, condiciones de la vivienda y bajos ingresos
La ONU ha definido a la pobreza como “la condición caracterizada por una privación severa de necesidades humanas básicas, incluyendo alimentos, agua potable, instalaciones sanitarias, salud, vivienda, educación e información. La pobreza depende no sólo de ingresos monetarios sino también del acceso a servicios”.
Por pobreza energética se alude a la incapacidad de un hogar para satisfacer un mínimo de servicios energéticos para cubrir sus necesidades básicas domésticas tales como la climatización de la vivienda, cocinar, asearse, comunicarse, etc.
Ban Ki-moon, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, durante la sesión de apertura de la Cumbre Mundial sobre la Energía del futuro marcó que, “El desarrollo no es posible sin energía”. “La pobreza energética todavía condena a miles de millones de personas a la oscuridad y a la pérdida de oportunidades”.
La relación entre energía y pobreza es un tema que empieza a tomar importancia a nivel mundial en el campo de la política pública.
El concepto de pobreza energética esta actualmente emergiendo en la mayoría de los países europeos como una forma particular de pobreza.
Pobreza Energética
La Dra. Brenda Boardman plantea en su tesis doctoral (año 1991) lo que es, hasta hoy, la definición más conocida de pobreza de combustible: “Un hogar se encuentra en pobreza de combustible si gasta más del 10% de sus ingresos para tener la calefacción adecuada”
El octavo informe del Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE) ha introducido el concepto de pobreza energética, una problemática espacialmente difusa y oculta bajo otras formas de pobreza y exclusión social, que está tomando cada vez más relevancia a medida que se acrecienta la crisis, con la menor disponibilidad presupuestaria de las familias y los incrementos paulatinos de los precios de la energía.
La climatización adecuada para la salud es de (18 a 20º C en invierno y 25º C en verano). Las causas que generan esta precariedad energética son diversas: bajos ingresos del hogar, calidad insuficiente de la vivienda, precios elevados de la energía, precios elevados de la vivienda, etc. Sus consecuencias en el bienestar son también variadas: temperaturas de la vivienda inadecuadas, incidencias sobre la salud física y mental (incluyendo mortalidad prematura de los ancianos), riesgo de endeudamiento y desconexión del suministro, degradación de los edificios, despilfarro de energía, emisiones, etc.
Más del 10% de la población total viven en hogares que se declaran incapaces de mantener su vivienda a una temperatura adecuada durante el invierno o el verano.
La pobreza energética tiene consecuencias sobre la salud, sobre todo de poblaciones vulnerables como los niños y personas de edad avanzada. Causas
En relación con diferentes estudios, existen tres causas principales para mantener su vivienda en unas condiciones de climatización adecuada: La 1ra.- Bajos ingresos Los ciudadanos en situación de tener bajos ingresos, son los que presentan mayor probabilidad de vivir en condiciones de pobreza energética.
Las personas con bajos ingresos consumen menos y viven de forma más modesta. Pero hay unas necesidades que son esenciales, siendo la energía una de ellas. La necesidad de reducir el consumo energético para hacer frente al problema del cambio climático es evidente, pero considerar la energía como esencial para todos, pobres y menos pobres, en nuestra vida cotidiana, es algo que debe ser reconocido. En muchos casos el perfil de las personas que viven en situación de pobreza energética son aquellas que reciben incentivos sociales, trabajan a tiempo parcial y/o están en deuda. Las personas con bajos ingresos tienen grandes dificultades para pagar sus facturas de suministro energético, acumulando deudas. El pago de facturas elevadas de suministro energético limita poder hacer frente a otras necesidades como son la comida y el transporte.
Las otras dos causas son: las viviendas deficientes y el incremento del costo de la energía doméstica.
Vivienda de la comunidad mapuche Guaiquillan en Hualcupen, Neuquén-foto N. Ovando
Factores claves
Recientemente muchos hogares se han enfrentado a una realidad difícil por partida doble. Por una parte los aumentos significativos del costo del gas y la electricidad para consumidores domésticos. Estos incrementos han ocurrido en paralelo a los efectos de la crisis económica por la inflación y sus consecuencias sociales.
Si bien los precios de la energía y la renta de las familias son importantes para entender la evolución a corto plazo de las tasas de pobreza energética, hay que señalar que la eficiencia energética de los edificios es un factor estructural clave. Aquellos hogares que ocupan viviendas con una menor eficiencia energética son más vulnerables a sufrir pobreza energética. Consecuencias
Riesgos e impactos en la salud física y mental:
Existe una relación entre pobreza energética e impactos en la salud física, que afecta principalmente a las persones más vulnerables, como son niños, personas de avanzada edad y personas con enfermedades crónicas
El frío y la humedad en una casa de forma permanente pueden llevar a serios problemas respiratorios como asma, bronquitis, etc. El fuerte calor, la sequía y un ambiente saturado de partículas de polvo (tierra) traen consecuencias en la salud.
La contaminación del aire en espacios cerrados debido a la quema de combustibles tradicionales es unos de los principales motivos de enfermedades en las vías respiratorias causando la muerte de millones de personas al año. La investigación realizada por la Universidad de British Columbia, en Canadá, revela que la pobreza energética mata más gente cada año en todo el mundo que la malaria.
Según el autor del estudio, Hisham Zerriffi, “La ausencia de una fuente de energía limpia para cocinar en muchos hogares del mundo está causando enfermedades respiratorias graves y matando alrededor de dos millones de personas cada año. A menudo, son mujeres y niños los que más sufren esta situación”.
Además hay que añadir el riesgo de accidentes y/o el envenenamiento debido al monóxido de carbono. A pesar de estos peligros, estos sistemas auxiliares son percibidos como un componente de fácil manejo, inmediato y fiable por aquellas personas que se encuentran en situación de pobreza energética.
En todo el país, las personas que se encuentran en condiciones de pobreza energética son susceptibles de padecer problemas de salud mental. Vivir en una casa en malas condiciones puede causar ansiedad, llevar a la exclusión y al aislamiento social y perder la autoestima por no ser capaces de encontrar una solución.
Los autores Alfredo Bolsi y Pablo Paolasso en su publicación "La geografía de la pobreza en las provincias del Norte Grande Argentino", señalan qué hay pobreza en las nueve provincias del llamado Norte Grande Argentino (entre las que está Tucumán) con seis "núcleos duros de pobreza": la Puna, el corazón aborigen del Gran Chaco, el Chaco algodonero, el área campesina santiagueño-tucumana, los esteros de Corrientes y la meseta indígena de Misiones.[...], por lo que podemos deducir la deficiencia energética que sufren estas poblaciones.
Datos oficiales
Más de 10 mil hogares de la provincia de Corrientes no cuentan con suministro de energía eléctrica, La cifra representa al 4% del total relevado durante el Censo 2010. La provincia presenta el menor índice de población sin servicio energético del NEA, ya que Misiones, Chaco y Formosa tienen porcentajes superiores.
En el caso de Formosa, el relevamiento censal contabilizó 140.261 hogares, de los cuales 9.951 no tienen luz, lo que representa al 7% del total. Al igual que en Corrientes, la mayoría de las viviendas sin electricidad con ranchos y casas del tipo B. Chaco, en tanto, tiene 288.479 hogares y 17.512 no cuentan con energía eléctrica, lo que equivale al 6%. En cuanto a Misiones, se contabilizaron 302.739 hogares de los cuales 15.683 no tienen luz, es decir, el 5,1% Datos obtenidos en la página web http://www.censo2010.indec.gov.ar
Conclusión
El acceso a la electricidad y a los servicios energéticos modernos son condiciones básicas para el desarrollo humano y la reducción de la pobreza.
Se deben promover políticas energéticas sostenibles, tomar medidas para erradicar la pobreza energética y establecer un marco legislativo común para el país
Hacemos un llamamiento a los partidos políticos para que introduzcan en sus programas electorales acciones específicas para luchar contra la pobreza energética.
Fuente AAPN
Por Prof. Norberto Ovando *
* Presidente / Asociación Amigos de los Parques Nacionales - AAPN - Experto Comisión Mundial de Áreas Protegidas - WCPA - de la IUCN- Red Latinoamericana de Áreas Protegidas - RELAP -