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Caos en el paso interprovincial
Lunes, 2 de febrero de 2015
Choque en el Puente causó una cola que superó las cuarenta cuadras de vehículos
La falta de control en la circulación vehicular en el Puente Interprovincial Manuel Belgrano, que une las provincias de Corrientes y Chaco, pone en riesgo la vida de automovilistas y transeúntes debido a los recurrentes accidentes que se suscitan. El descontrol genera también la incomodidad de quienes viajan, a raíz de las largas filas de vehículos -por horas- que se generan por los choques ocurridos en la vía de tránsito.


El problema radica en la carencia de vigilancia vehicular en la Ruta 16, especialmente sobre el viaducto que se emplaza entre la capital correntina y la localidad chaqueña de Barranqueras. Es que, en principio, la responsabilidad de resguardar la integridad física de las personas que circulan allí sobrecae en instituciones federales, debido a que se trata de un camino nacional. No obstante, existe la complicación de que a los lados se emplaza una avenida, cuya jurisdicción es del Municipio capitalino. Tanto en la subida como en el acceso al viaducto, del lado correntino, existe una zona gris, desprotegida. Allí el Municipio carece de autoridad, mientras que la Policía provincial evita también realizar controles bajo la justificación de territorialidad. En consecuencia, la Gendarmería Nacional se limita a prestar servicios sólo en las estaciones de peaje. Lejos quedaron los días en que un acuerdo entre las provincias vecinas estableció responsabilidades compartidas para prevenir siniestros vehiculares. Fue hace 17 años cuando las fuerzas policiales de ambas jurisdicciones instalaban puestos de control para evitar exceso de velocidad y circulación por carriles prohibidos. Las gestiones gubernamentales cambiaron, y los acuerdos cayeron.

El lugar de la previsión fue ocupado por la irresponsabilidad de los conductores y la falta de organización, factores que juegan una mala pasada a quienes osan trasladarse por la Ruta 16 los fines de semana y feriados, especialmente en épocas veraniegas. En estos días, cuando aumenta el caudal de automóviles debido a la visita de turistas que llegan a Corrientes para disfrutar de las playas, existe un vacío que deja sin amparo a la seguridad pública. Esto se repitió este domingo, como en otros. La colisión de vehículos sobre la plataforma que conecta ambas provincias produjo un estancamiento vehicular que se prolongó desde la tarde hasta la noche. Los conductores -muchos de ellos con sus familias- quedaron varados del lado correntino soportando altas temperaturas. La fila de autos abarcaba cuatro cuadras cerca de las 17, cuando se produjo la colisión.

Para las 20, ya eran cientos. La extensión de la línea era desde la bajada del Puente y pasaba la calle Uruguay. Más de cuarenta cuadras de automóviles, camiones y colectivos esperaban el retiro de los rodados siniestrados y mientras se realizaba la limpieza del lugar del accidente un colectivo sufrió un desperfecto, también sobre el viaducto. La espera se extendió hasta que el inconveniente se solucionó. Al cierre de esta edición, después de casi cuatro horas, los vehículos empezaban a moverse

. En la oscuridad, cual cuento de Cortázar, se reanudaba el desfile de conductores ofuscados por la espera, cansados de perder el tiempo varados por un problema sin responsables.


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