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FALLO JUDICIAL
Jueves, 26 de febrero de 2015
Condenan por abandono de persona a los padres de un bebé discapacitado
El niño de cinco meses, con hidroce­falia, estaba desnutrido y lastimado por mantenerse en posición estática, sin higiene ni alimentación


Un caso conmocionó a la opinión pública en Paso de los Libres, cuando este mes la Justicia, representada por el Tribunal Oral Penal de la Cuarta Circunscripción en la localidad, decidió conde­nar a los padres de un niño discapacitado al que dejaron en estado de abandono, po­niendo su vida en alto riesgo de muerte.

NORTE de Corrientes tuvo acceso al expediente PXL 2611/9, en el que cons­ta que “el 10 de este mes, Paulino Silveyra y Clara Zunilda Vargas, padres del menor S. J. S., de seis meses de edad, fueron condenados a dos años y ocho meses de prisión en suspenso, por la comisión del delito de aban­dono de persona agravado por el vínculo, previsto y penado por los artículos 106, en relación al 107, 45 y 26 del Código Penal, que se les enrostraba en calidad de co-autores materiales; por el hecho ocurrido en fecha que no se puede determinar, pero comprendido entre el 21 de enero de 2009 y el 3 de julio de 2009 en Paso de los Libres, en perjuicio del me­nor S. J. S.”. Vargas, concubi­na de Silveyra, es madre de 14 hijos, en situación de ex­trema pobreza y analfabeta, y junto al padre del menor en cuestión adujeron en su defensa que ellos cuidaban de él y que lo medicaban y alimentaban acorde a sus necesidades.

A pesar de los intentos de defensa, que pedían que se contemple como atenuen­te la falta de recursos y de incapacidad de los padres para afrontar la situación, la Corte optó por la condena. Según la causa, los progeni­tores “colocaron a su hijo de cinco meses de edad e inca­paz de valerse por sí mismo, en situación de desamparo, habiendo ingresado el me­nor al hospital “San José” de Paso de los Libres, el 3 de julio de 2009, presentando un cuadro médico de hidro­cefalia, síntomas de desnu­trición crónica grave, de as­pecto general de abandono y anemia”.

El padre aseguró ante la acusación: “Nosotros nunca hicimos abandono, estuvi­mos siete meses en Corrien­tes. Nació en el Vidal y de ahí lo llevaron al Juan Pablo II.

El bebé ya nació enfermo. No conseguíamos la sonda para la cabeza. Nos lo entregaron prácticamente desnutrido. Nos decían que lo alimente­mos, pero no lo pudimos ali­mentar porque no teníamos sonda.

El quince de enero nació en Corrientes. Vini­mos para acá en julio. Entre esos meses estuvimos cons­tantemente con él y yo venía para atenderlos a mis otros hijos y el quedaba con mi esposa”.

El niño fue encontrado por una pariente cercana, en mal estado, por lo que ésta lo llevó al servicio de salud y radicó la denuncia en la comisaría local.

El médico que lo atendió en la guardia el 3 de julio de 2009 a las 22, declaró que del menor, de cinco meses de edad, “llamaba la aten­ción el aspecto de abando­no y patológico existente, la falta de higiene de la ropa, lesiones a nivel de la piel en la cabeza, hidrocefalia que correspondía a un perí­metro cefálico de dos años y medio, la suciedad de la piel, lesiones a nivel de la cabeza, que son producidas por las escaras, o sea falta de cambios de posición en los movimientos de la cabeza, a nivel parietal derecho, lugar de inserción de la válvula y a nivel del trayecto final del catéter en la zona supra um­bilical derecha.

A nivel de la región del área del pañal, lesiones de incrustación de materia fecal (por falta de higiene), además de la dermatitis y un estado de desnutrición extrema, pues sobre un peso de nacimien­to aparente de 3,200 kilos, a los cinco meses y medio tenía 3,900.

El aspecto de abandono está dado presu­miblemente por las caracte­rísticas de las ropas (extre­madamente sucias), de las lesiones superficiales de piel o escaras a nivel cerebral, en la región de la válvula, por falta de cambios posiciona­les, se llaman lesiones por compresión debido a la fal­ta de rotación, igualmente en la zona del catéter en su parte final, donde también tenía lesiones por escaras y en áreas del pañal, donde se apreciaba la incrustación de la materia fecal (cambia el color de la piel por falta de cuidados o limpieza que requería). Yo solicité que concurra a la Policía y lo de­nuncie, porque era un niño con posibilidades de muerte y ella no era responsable de él”.s


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