Sanz llevó al partido de furgón de cola de la derecha
La Convención Nacional de la UCR finalmente enterró UNEN y aprobó un acuerdo con el PRO. Se cerró así exitósamente, por ahora, una estrategia pergeñada por el establishment y ejecutada principalmente por Elisa Carrió y Ernesto Sanz.
Dicha estrategia consistió en ir debilitando al acuerdo de fuerzas progresistas presentado en abril del año pasado en el teatro Brodway, que como bien dijera Ricardo Alfonsín estaba en condiciones de ganar las presidenciales, para fortalecer a Macri como opción de la derecha no peronista.
Carrió fue la punta de lanza contra UNEN hasta que rompió el frente para aliarse con el PRO. Continuó ese trabajo el presidente de la UCR, hasta que anoche convenció a la mayoría de la dirigencia de su partido que, con tal de llegar al gobierno, no es malo ser furgón de cola de la derecha macrista, de lo mas conservador de la política argentina.
El “pragmatismo” fue la justificación de Sanz para explicar lo inexplicable y convencer a la mayoría de la dirigencia de la UCR. Dirigencia que no solo se alejó ostensiblemente de Leandro Alem cuando dijo “que se rompa pero no se doble”, sino que también tomó gran distancia de su último líder, Raúl Alfonsín, cuando les dijo a sus correligionarios en 1992, ante el avance menemista que “si se hubiera derechizado la sociedad, lo que tiene que hacer la UCR es prepararse para perder elecciones pero nunca para hacerse conservadora".
La mayoría de la dirigencia radical ha decidido anoche hacerse conservadora y abonar el proyecto de Macri.
Veremos si sus afiliados y votantes los siguen. Las fuerzas progresistas les vamos a dar batalla y se los vamos a convocar a otro proyecto de país. Ese que habla de soberanía, de defender los recursos naturales, de pelear por mas derechos y libertades, de honestidad personales y en la gestión, de profundizar la democracia y no de regresar al autoritarismo, de acercarse a la región no de volver a las relaciones carnales con los EEUU.