“ De algo estoy absolutamente segura y es que nos merecemos este nuevo tiempo que ayudamos a parir y que vamos seguir ayudando a crecer…”
Stella Maldonado
Sec. Gral de CTERA.
(Recientemente fallecida)
Escribir sobre la dictadura cívico – militar y sus efectos sobre la educación a casi 40 años de ocurrido el 24 de Marzo de 1.976, sigue produciendo dolor y al mismo esperanza ante el nuevo tiempo que vivimos. Por tal motivo me gustaría compartir con quien le interese unos algunos comentarios, plasmados en este texto breve, que sin grandes pretensiones puede servir para mantener viva la memoria y además para queesta nos interpele.
El Golpe Cívico Militar iniciado en 24 de Marzo de 1.976 fue como una especie de flujo magmático incandescente destinado a intentar borrar de nuestras conciencias las más maravillosas experiencias de construcción de social y política colectivas de nuestro pueblo, ocurrió en nuestro suelo, pero también desde inicio de los años 70 en la mayoría de los países de la región.
Escuelas, claustros universitarios, docentes, investigadores, pedagogos, alumnos y alumnas, escritores, alfabetizadores barriales todos escandalosamente vigilados y controlados, cuando no, censurados, cesanteados, muertos o desaparecidos, ese magma del oprobio actuó como veneno insidioso sobre la educación, policía del pensamiento, detección de los piensa- criminales como en la novela de George Orwel. Pensamiento en cuarentena permanente, todo reglado y pautado, con los contenidos a enseñar escritos y ordenados bajo pena de muerte ante su incumplimiento.
Un ejemplo: “Los profesores de Historia de 2° año de la Enseñanza Media no utilizarán ni recomendarán a sus alumnos el libro de texto: “Las Edades Moderna y Contemporánea” de Bustinza y Ribas…” su contenido no contribuye a la consecución de los objetivos que en materia educacional se ha fijado el Proceso de Reorganización Nacional, contiene transcripciones e ilustraciones que resultan inconvenientes para los alumnos por sus connotaciones ideológicas, lo mismo que las preguntas, comparaciones y actividades que proponen...” indicaba un instrumento legal emitido en el Ministerio de Cultura y Educación del 3 de Mayo de1.978, a esto debe agregarse la profusa lista de textos censurados, prohibidos y quemados por los personeros de la dictadura.
La dictadura consideraba igual de peligroso y subversivo al intelecto y a lo que se podía enseñar en las escuelas que a los compañeros y compañeras militantes de las organizaciones sindicales y políticas que luchaban por un orden social, económico y político más justo, le otorgaban el rango de un arma, aunque este no tuvieran balas, por esa razón era tan trascendente el combate a la “subversión armada” como también combatir la “tremenda infiltración ideológica” dada por lo que se puede enseñar en la escuela; secuestrar, asesinar, torturar y desaparecer personas estaban a la par de censurar y prohibir el uso de la conciencia política para desarrollar la actividad educativa.
Había que eliminar por igual a quien pensaba y a quien recibía ese pensamiento para modificar sus condiciones materiales de existencia, y fueron las aulas muchas veces el lugar atacado para impedir el acto profundamente humano de toma de conciencia.
Esto explica la rabia y el odio desatados contra miles de trabajadores y trabajadoras de la educación y muchos que en su condición de estudiantes fueron presa de este accionar, la suma es inconmensurable si agregamos a los 30.000; escarnio y humillación, exilio forzado, oprobio, de quienes tuvieron que callar o ser callados.
El escenario de la escuela fue el lugar por excelencia de los inquisidores de la palabra, contenidos reglados y otros sacados de la enseñanza, desde la Teoría de Conjuntos hasta El Principito pasando por los textos de Paulo Freire, y la negación de la historia en las Venas Abiertas de América Latina, todo clausurado, todo censurado. Una generación completa de Maestros y Profesores fueron formados con los paradigmas de la dictadura, todavía no podemos salir de ese atolladero, queriendo o sin querer tenemos que admitir que eso coexiste con nosotros cotidianamente.
A la implantación de un modelo político económico destinado a generar un país dependiente de los centros de poder internacionales le correspondía el vaciamiento del sistema educativo, no es casualidad que el primer muerto por la dictadura cívico- militar la misma noche del 24 de Marzo de 1.976 haya sido Isauro Arancibia, un maestro tucumano, dirigente de CTERA, secretario adjunto, todo un mensaje, todo un símbolo, al igual que Susana Pertierra, o Marina Vilte o Eduardo Requena o Carlos Zamudio, entre tantos otros, H.I.J.OS, abuelas y madres, y su ejemplo de lucha, de vida y de amor.
Tampoco es producto de la casualidad que ante el tiempo que vivimos haya voces que se alcen contra las políticas públicas que ayudamos a parir en esta época, no nos perdonan que hayamos logrado poner al pueblo de pie y que desde la política y el compromiso militemos para hacer realidad los sueños de nuestros compañeros y compañeras, si los sueños de los 30.000. Asignación Universal, 14 años de educación obligatoria, becas, universidad gratuita, energía y petróleo nacional, aerolínea de bandera, democratización de la palabra, paritarias libres, desarrollo autónomo y conciencia latinoamericana, estatización de los fondos de jubilaciones y pensiones, etc. etc. etc. ese es el camino que elegimos, conectar-igualdad, recuperación de los ferrocarriles, juicio y castigo a los genocidas y sus cómplices civiles, distribución de la riqueza, patria libre, justa y soberana, ese es el camino que elegimos.