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Rubén A. Galup
Jueves, 26 de marzo de 2015
Carta abierta al Gobernador de Chaco
Señor Gobernador: Soy médico cardiólogo. Obviaré mis antecedentes porque debe haber oído ya de mí. Lo que sí quiero que sepa es que no me mueve ningún fin partidario ni personal. Como habrá observado, he evitado decir “fin político” ya que pretendo hablar de pobreza, de marginación, de desigualdad, de injusticia, de muertes evitables, de seres humanos que sufren. No puedo soslayar la “política”, una de cuyas acepciones -según la RAE- es la “actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo”.


Como ciudadano voy a dar una opinión sobre asuntos públicos; por lo tanto, soy consciente que estoy haciendo política! Nací en la provincia de Buenos Aires. Llevo 45 años “conviviendo” con la medicina y desde hace mucho tiempo visito El Impenetrable como médico y como amante de su naturaleza, de su historia y de su gente. El año pasado recorrí durante seis meses la región. Creo que de esto también estará al tanto; pero, siendo un punto importante para el verdadero significado de esta carta, me permito reiterarlo. En esos meses visité, en busca de vinchucas, cerca de mil viviendas rancho, conmoviéndome hasta las lágrimas por las condiciones infrahumanas en que viven muchos pobladores. Hablé con miles de personas de todas las edades, etnias y estratos sociales. Evacué más de 3.000 consultas médicas y realicé unos 2.000 electrocardiogramas, por lo que puedo sostener -perdone mi petulancia- que me formé una sólida opinión sobre la problemática sociocultural y “médica” en la que está inmersa la Región Sanitaria V.

Así como no pretendo que crea ciegamente todo lo que voy a decirle, entendiendo que pueda tener alguna duda sobre mi verdadera intención. También le pido que no intente refutar mis aseveraciones con estadísticas de campaña que, cuando hablamos de desigualdad, se pueden evaluar según la conveniencia. Valoro algunos aspectos de lo hecho por el gobierno nacional, como la eliminación de las AFJP, la Asignación Universal por Hijo y la Ley de Movilidad Jubilatoria, entre otras medidas, que son ejemplos de las acciones positivas del actual gobierno, del que Ud. formó parte. Más, yo quiero hablarle de una realidad de “tercera posición”, que no es la mía ni la suya, sino la realidad de la gente pobre. En El Impenetrable los indígenas, criollos y gringos pobres, en ese orden, que según algunas estadísticas superan el 50%, la pasan verdaderamente mal, más allá de las mejoras económicas que los ya mencionados planes les hayan llevado. Al hablar de desigualdad, Ud. podrá argumentar una mejora monetaria que yo podría refutar con el empeoramiento progresivo de la salud, la educación, y las necesidades básicas insatisfechas.
Pero más angustiante aún es lo que los acecha día tras día, noche tras noche, sin siquiera ellos saberlo. Lo más cruel de esta realidad es que el escenario socio-sanitario que padecen empuja fatalmente a la población a condiciones de vida que posibilitan la presencia de enfermedades que causan muertes prematuras en niños y adultos o grados de incapacidad inadmisibles para el desarrollo humano y científico que experimenta el planeta.

Para entender el propósito de esta carta, le transmito las preguntas que suelo hacerme sobre temas que tienen solución o que, al menos, con voluntad e ingenio pueden ser minimizados.

Me pregunto y le pregunto:

• ¿Pueden padecer hambre, desnutrición o mala nutrición un alto porcentaje de los habitantes del monte en un país que produce alimentos para mucha más población de la que tiene?

• ¿Pueden no tener agua apta para el consumo humano múltiples comunidades, cuando en la Argentina el agua abunda y la solución radica en organizar una buena distribución?

• ¿Pueden persistir infestadas de vinchucas el 90% de las viviendas, algunas de las cuales son fumigadas en forma compulsiva y discontinua, sin ningún beneficio práctico, con el único fin de engañar a la opinión pública cuando, con la participación de la comunidad y los cientos de Agentes Sanitarios que ya existen, bajo la supervisión de los competentes integrantes del Departamento de Chagas de la Provincia, se podría fumigar cada 4 meses, erradicando, o al menos controlando la transmisión vectorial de la Enfermedad de Chagas Mazza?

• ¿Pueden no recibir tratamiento y control adecuado la mayoría de los casi 30.000 portadores del Tripanosoma Cruzi, agente causal del Mal de Chagas, estando vigente la Ley Nacional, la 26.281, que obliga en forma gratuita al Estado a efectuar controles y tratamientos?

• ¿Pueden seguir dando pensiones por incapacidad a jóvenes sin patología demostrable, que tan sólo presentan un resultado positivo de serología para Chagas, con la connivencia de punteros políticos corruptos y médicos sin escrúpulos, convirtiéndolos en inválidos por el resto de sus días?.

• ¿Pueden padecer los casi 100.000 habitantes de El Impenetrable la amenaza de presentar las cifras más altas de tuberculosis del país, que mal diagnosticada y/o tratada se convierte en un foco de infección para vecinos y familiares, los que a su vez vuelven a reproducir la amenaza en interminables vórtices?

• ¿Pueden seguir incumpliendo guardias y horas de trabajo muchos de los médicos bien pagos de la Región Sanitaria V bajo la mirada distraída de las autoridades, a pesar de que desatienden pacientes que por sus condiciones de abandono deberían ser los mejor tratados ya que no tienen siquiera el derecho de saber que tienen derechos?

• ¿Pueden las comunidades indígenas ser sistemáticamente discriminadas por quienes diseñaron planes de estudios que no contemplan su idiosincrasia, condenando a los niños a ser analfabetos plenos o funcionales, eludiéndose así las estadísticas de analfabetismo de la Nación?

• ¿Pueden tener que pagar los pobres de El Impenetrable más de 100 pesos por una garrafa de gas, mientras en otros puntos del país, donde se cumplen el programa nacional “garrafas para todos”, gente con mejor poder adquisitivo las paga 16 pesos. Un simple cálculo nos sorprende con la realidad de que un camión con acoplado por mes podría “inyectar” en la Región Sanitaria V las garrafas necesarias para cubrir la demanda de las aproximadas 12.000 viviendas que existen?

Gobernador Capitanich, si fueran honestamente respondidas todas estas preguntas y otras que no formulo, quedarían al descubierto la pobreza, la exclusión, la marginación, y la desigualdad comunitaria real, que se sintetiza en la injusticia social que es soberana en El Impenetrable, que un gobierno justicialista debería combatir frontalmente.

A ocho meses de terminar su mandato quiero hacerle saber que cada uno de los puntos que motivan mis interrogantes, que le he participado, tienen solución. Sólo debe escuchar a las personas idóneas y tomar la decisión política de llevar adelante la acción. El canto de sirenas siempre engaña y no creo que haya ya algún “palo mayor” donde amarrarse! En lo que queda de su gestión podrá no sólo ser el artífice -tardío, pero artífice al fin- de haber evitado muchas muertes, sino convertirse en el iniciador de una etapa que dignificará su gestión y marcará el camino a su sucesor.

Lo saludo con el respeto necesario, esperando una pronta respuesta en homenaje a la salud y a la vida de miles de pobres de las comunidades de El Impenetrable.

Rubén A. Galup
DNI 8.400.92
C.A.B.A., 25 de marzo de 2014












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