Hace un rato nomas lo vi a Biglia querer gambetear un jamaiquino y tocar hacia atrás torsionando el tobillo derecho. Se cayó para adelante, casi de boca, aunque logrando a duras penas, su cometido. Para colmo a un par de metros estaba Pastore, jugador dotado y elegante, si los hay.
Eso es lo que muchas veces nos pasa a los peronistas, -aunque para ser correctos, debiera decir “frentistas”-, tenemos un equipo raro, casi exclusivamente dependientes en la “generación de juego” de un hombre, además de algún que otro jugador, tan voluntarioso como torpe… y en las tribunas y pasillos, miles y miles de sabihondos “con aspiraciones de técnicos.”
En política el verticalismo y el respeto a la conducción, forman parte de una base doctrinaria irreemplazable. Si esta verdad, hoy todavía está vigente, es porque el sistema político popular que le dio origen sigue vigente. Aun así los tiempos modernos, y sus demandas temporales tan dinámicas, como inagotables, pueden difuminar estas cuestiones, en directa proporción a la formación política de cada uno de nosotros, o a su ausencia.
Hasta el hartazgo he leído en cuánto medio grafico existiere, -además de escuchado y visto- en ocasión de la confección de listas locales que lo que defina Capitanich estaría bien, que su trayectoria política impecable lo habilitaba para esta cuestión, que su liderazgo político…etc, etc.
De manera tal que una definición, basada en la lealtad de ida y vuelta, como la adoptada este sábado por la tarde, no hace más que reivindicar la política misma. Cuestión tan legítima, como las aspiraciones que seguramente hombres y mujeres de este tinte tendrían, hasta ese momento, en esa dirección. Todos dignos de respeto y afecto personal.
La conformación de la lista única de Diputados nacionales entonces, del Frente Chaco Merece Más, encabezada por la doctora Analía Rach Quiroga, forma parte casi de una oda política en tiempos de pasquines, dando cuenta además que en el sur de la política, la coherencia también existe. Republicanos, empresarios, revolucionarios moderados, clase media, burguesía y las extracciones populares más marcadas, entenderán que a partir de la armonía y el conocimiento, se puede con autoridad elegir representantes para legislar.
“El motorí es un motor pequeño, que mueve otro más grande” cuenta Carancho, entrelineas en La Tusca, para agregar algo, que alguna vez escribió Lucio Alvarado hablando del arte como una forma del espíritu, al definirlo como el ”jetoneo interminable de una esperanza colectiva que sobrevive en el corazón de los humildes” y la humildad mis amigos no es sinónimo de mayor o menor poder adquisitivo, tiene que ver con el corazón de las personas.
Así es que estamos contentos, porque se haya pagado lealtad con esta lista, sin perder calidad de gestión, ni justo reconocimiento; que se haya puesto gente del palo, al tiempo de darle lógica participación a la conducción nacional en las designaciones. En definitiva, que haya motores pequeños, que alineados, muevan otro más grande.