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Fuertes indicios de la investigación
Sábado, 30 de marzo de 2013
Crimen de la docente: El homicidio habría ocurrido en la casa de su expareja
Las pruebas que la policía logró recabar con gran premura apenas descubierto el homicidio de la profesora Gladis Verónica Romero complicarían aún más al único detenido, su exesposo Juan Ramón Soto, que la habría asesinado en su casa y luego intentó simular una escena de robo dejando el cuerpo abandonado en el auto.


El femicidio se conoció el miércoles por la mañana al hallarse el cuerpo de la docente con múltiples heridas de arma blanca acomodado en el asiento de acompañante de un auto de su propiedad, un Volkswagen Suran, que estaba estacionado entre Seitor y Las Heras.

Por algunas características que presentaba la escena, en un primer momento se habló de que se habría y tratado de un intento de robo seguido de muerte, aunque al conocerse algunos detalles personales de la víctima, la investigación rápidamente giró hacia la hipótesis del “crimen pasional”, con las principales sospechas sobre su exesposo.

Justamente los familiares de Gladis Romero apuntaron en sus testimonios ante los investigadores contra Soto -profesor de educación física- al mencionar que se encontraban separados y que él la había citado para hablar el día anterior, sin que ella volviera a comunicarse con sus seres queridos, por lo que su hermana había radicado una denuncia para intentar ubicarla.

Estos datos llevaron a la policía a solicitar a la justicia la orden para allanar el domicilio de Soto ubicado en José Mármol 458 (departamento B). Aunque en un primer momento solo se habló de que se habían encontrado elementos probatorios de importancia, como ropas manchadas de sangre, NORTE pudo saber que los sabuesos de investigaciones se toparon con fuertes indicios de que en ese lugar se habría producido una pelea y presuntamente el homicidio, además de encontrar el arma posiblemente utilizada. De confirmarse esta hipótesis, los investigadores creen que el hombre cargó el cuerpo de la mujer en el auto y lo llevó hasta Seitor y Las Heras, donde lo dejó abandonado. Asimismo, se cree que la rotura del cristal de una de las ventanillas podría responder a la intención de simular una escena de robo.

A todos los elementos recogidos en el auto donde se encontró el cuerpo como en el domicilio del sospechoso, además se suman las “marcas” que tiene en distintas partes de su cuerpo y que habrían sido producidas por la víctima al intentar defenderse.

Fuentes confiables indicaron a NORTE que el acusado habría citado a Romero con la clara intención de exigirle retornar con él en una relación. La mujer se negó y se produjo el violento y fatal desenlace.

Gladis Verónica Romero tenía 38 años y era profesora en Lengua del Colegio Don Bosco. Estaba separada desde hace un tiempo de Soto, hoy principal sospechoso, con quien tenía dos hijos.


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