“Todo” en la vida comienza con un pensamiento, cada pensamiento que tenemos en nuestra mente es como una semilla y hay una ley espiritual que dice: "todo lo que yo siembro es lo que voy a cosechar. “Quiere decir que si mi pensamiento es como una semilla, yo lo tengo en mi mente, yo estoy sembrando ese pensamiento en mi mente. Quiere decir que tarde o temprano voy a cosechar lo que pensé. Si yo digo todo el día: “yo me voy a enfermar, esto me va a hacer mal, me va a sacar canas verdes” vas a terminar enfermándote y saliéndote canas verdes. ¿Qué quiero decirte?
Si aprendés el código de esto que es tan simple y tan sencillo como hablar bien de vos, hablar bien de la gente, hablar bien a pesar de la circunstancias, estamos aprendiendo que tenemos la habilidad interna de superar cualquier situación en nuestra vida y que voy a salir bien. Eso es hablar bien. ¡Cuidá tu mente y cuando lo hagas comenzarás a disfrutar más!
“Nos merecemos vivir bien”.
• Focalizar, poner foco. Hay cosas que tenés que dejar de controlar si querés vivir feliz. Focalizá qué es lo más importante que tengo que hacer en esta etapa de mi vida. Y vas a tener más fuerzas, más vitalidad. • Sacate la mochila ajena. Tenés depresión porque se te juntaron problemas que no son tuyos. Si vos estás bien los demás van a estar bien, no es al revés. No quieras resolver la vida a todo el mundo. Dejale las cosas a Dios, para eso está Dios, para resolver los problemas de la humanidad. Si vos estás bien, los demás van a estar bien.
• Poné límites. La piel es el límite del cuerpo y tal vez vos no te construiste una piel emocional. Sos responsable de elegir bien, en esta vida aprendé a poner límites. No tengas miedo, la gente te va a seguir amando, te va a amar más y te va a respetar mucho más porque va a respetar tu tiempo y tu espacio.
• Dejalo para mañana. Dejá para mañana lo que no puedas hacer hoy. Decile a la gente: “hoy no puedo, pero mañana voy a estar.” Nunca tomes decisiones cuando estés cansado, nunca tomes decisiones cuando estés agotado, porque esas van a ser malas decisiones, vas a ser malos negocios, nada de negociación cuando uno está con agotamiento o con cansancio.
• No es un pozo, es un túnel. Ese problema por el que estás pasando no es un pozo, ese problema por el que estás pasando es un túnel, si seguís caminando un poco más vas a encontrar la salida. Tenés que caminar un poquito más, tenés que respirar un poquito más, tenés que pelearla un poco más, tenés que hacer fuerza un poco más y seguir hacia adelante, porque dentro de poco vas a ver la salida. Si vos sabes que es un túnel vas a seguir terminando hacia tu destino.
Animate a hacer todos los cambios efectivos que necesitás para darle un giro a tu vida. Y aunque tengas que pasar por encima de tus estructuras, de tus valores, de tus creencias, de tu esposo, de tus hijos, de tus nietos o de quien sea, hacé todos los cambios que sean necesarios. Tus estados de ánimo no pueden dominar tus emociones, sino el sueño de poder ser una mujer plena cada día. ¿Qué cosas están reteniendo tu alegría? ¿Qué costumbres están reteniendo tu posibilidad de divertirte cada día un poco más? ¿Qué cosas no querés soltar porque te da pereza hacerlo? Volvé a ilusionarte, volvé a sentir placer con la vida, decite a vos misma: “Yo esto me lo merezco, quiero ser feliz, anhelo volver a divertirme y a disfrutar de las pequeñas y de las grandes cosas que fueron diseñadas para mi vida”
Automotivate para alcanzar tu felicidad. La automotivación es la fuerza más poderosa que debemos accionar si queremos lograr lo que nos proponemos.
Si algo vale la pena, luchá por eso ¡no dejes caer tus brazos!
Todos tenemos metas a largo plazo que queremos alcanzar, como concluir nuestros estudios o ver realizados ciertos proyectos laborales. Por ejemplo, ser abogada en seis años, terminar la tesis para recibirte en licenciada en trabajo social, finalizar la secundaria para irte a México en tres años, crecer con toda tu organización en dos años, tener tu propio negocio de venta de comida en dos años, etc. son metas a largo plazo. El problema con nuestras metas a largo plazo es que a veces el período estipulado se prolonga y así, lo que queríamos hacer en un mes lo terminamos en seis meses o bien lo posponemos y nunca empezamos a trabajar por ese sueño. ¿Por qué? Porque en el medio aparecen lo que se llama “gratificaciones inmediatas”.
Las gratificaciones inmediatas son situaciones que aparecen en el medio y que nos desvían de nuestro sueño haciéndonos perder el tiempo. Por ejemplo, querés adelgazar dos kilos a fin de mes y tu compañera de trabajo te invita un helado porque hace mucho calor. Esa es una gratificación inmediata que te pospone esa meta más grande que tenías. ¿Cuántas veces sucumbiste a una gratificación inmediata? ¿Cuántos proyectos estás posponiendo actualmente para más adelante? Las mujeres especialmente somos expertas en hacer listas de objetivos a cumplir. Al hacerlas, estás feliz al pensar en todo lo que vas a hacer durante ese año, mes o semana, pero “confundís la felicidad de anotar tus objetivos con el esfuerzo de trabajar para cumplirlos”.
Muchas veces nos quedamos a mitad de camino y perdemos el tiempo porque solemos posponer, dejar las cosas para más adelante. ¿Estás dejando algún proyecto para más adelante? A veces, posponer se convierte en nuestro peor enemigo. Creemos que si eso que tenemos que hacer hoy lo hacemos mañana, tendremos más tiempo, más inteligencia o más tranquilidad. Y así es como ese mañana nunca llega.
Es por ello que necesitamos tener en cuenta y revisar cuáles son algunos de los motivos que nos dejan estancadas. Y los más habituales son los siguientes:
1º Añorar el pasado. Todo lo anterior fue mejor. Lamentablemente, muchas veces queremos seguir recordando ese pasado que ya se agotó dejando de ver todo lo bueno que hay en el presente.
2º El desorden. Si necesitás encontrar una prenda para vestirte y salir rápido para tu trabajo, y tu placard está desordenado, te va a llevar más tiempo que si todo estuviese en su lugar. Lo mismo sucede en la vida: si hay desorden, vas a perder aún más tiempo que cuando nos quedamos adormecidos en el pasado. Necesitamos aprender a ordenar nuestra vida.
Pero lo bueno de todo esto es que hay una solución.
• En primer lugar necesitamos reflexionar. Reflexionar es pensar, meditar, analizar lo que te está pasando sin dar una respuesta rápida o salir con la primera oración que te viene a la mente para analizar qué es lo que nos está deteniendo y no nos permite avanzar.
• En segundo lugar, una vez que reflexionamos, construyamos. Si tenés en claro tu sueño y tenés tu vida ordenada, todo lo que hagas te saldrá bien.
Cuando hay claridad en nuestra mente y sabemos a dónde queremos ir y cómo hacerlo, cuando primero pensamos y luego construimos, date por seguro que dejarás de postergar para activar todo lo que se gestó en tu mente y en tu corazón y ¡empezarás a sentirte más feliz!