Lunes, 21 de Abril de 2025
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Dr. Salvador E. Cuño
Viernes, 25 de septiembre de 2015
Violencia versus seguridad
“La seguridad ciudadana se entiende como la acción del Estado para proteger al ciudadano y asegurar su calidad de vida”.

“La seguridad ciudadana es la acción integrada que desarrolla el Estado, con la colaboración de la ciudadanía y de otras organizaciones de bien público, destinada a asegurar su convivencia pacífica, la erradicación de la violencia, la utilización pacífica y ordenada de vías y de espacios públicos y, en general, evitar la comisión de delitos y faltas contra las personas y sus bienes.”
En la actualidad se desarrollan en todos los ámbitos gubernamentales (provinciales y municipales) los foros de seguridad, con la participación del estado y de sus habitantes, desarrollando políticas públicas adecuadas a tal efecto. Los resultados son poco alentadores si analizamos hoy, las estadísticas de delitos cometidos contra las personas, sus bienes o instituciones. No ha variado mucho, en los últimos años, la conducta delictiva de algunos individuos..
La seguridad ciudadana está organizada para prevenir las conductas delictivas y trasgresoras de los delincuentes, a través de acciones sociales que mejoran las condiciones de vida de la población y satisfacen sus necesidades básicas por un lado; y por otro lado, accionan a través de la participación de los agentes de seguridad (policía o ejercito), disuadiendo o reprimiendo las conductas antisociales.
Las conductas violentas de los individuos condicionan acciones delictivas en el medio familiar, social o institucional. Sería oportuno y necesario trabajar en la comprensión y prevención de las conductas violentas del ser humano, para reducir las acciones delictivas.
Hoy todos estamos muy preocupados por la incontenible irrupción de la violencia en nuestra sociedad. La observamos en las familias, en la relación de padres e hijos, entre cónyuges y con niños y ancianos. Los jóvenes con conductas trasgresoras a las normas sociales y con violencia, expresan su disconformidad ante un mundo que los ignora.El abuso sexual en la literatura dejo de asombrarnos para poblar los consultorios y juzgados de menores. La violencia callejera es cotidiana, tanto en la integridad de las personas como en el transito que cobra vida con cifras alarmantes. La violencia en el deporte tanto dentro como fuera de la cancha es vergonzosa. En las escuelas asistimos a prácticas vandálicas contra las instituciones y los profesores. Violencia física y emocional entre alumnos de escasa edad. Nos duele la violencia laboral por una competencia cruel y desleal, y la violencia social del desempleo. Asombra la violencia de algunos medios de comunicación, que para conseguir algunos puntos de rating, son capaces de publicitar y promover situaciones carentes de respeto a la dignidad humana. Y tampoco podemos ignorar las acciones violentas que se desarrolla en la política, enfrentándose los gobernantes y opositores como enemigos mortales, capaces de cualquier acción desleal y deshonesta con notable bajeza ética, para ganar algunos votos.
Pensemos si ya no estamos inmersos en una sociedad y cultura violenta donde los delincuentes son dueños de las calles y los ciudadanos debemos vivir entre rejas; donde las conductas trasgresoras son ignoradas por las autoridades de control y a veces premiadas como si fueran grandes logros y hazañas del coraje humano.
Hemos perdido el respeto al prójimo, hemos perdido los valores de solidaridad, de humillad y de cooperación con nuestros hermanos necesitados. La educación y el conocimiento son logros ignorados para ocupar posiciones sociales destacadas, solo el acumulo de elementos materiales dignifican y enaltecen a las personas. El egoísmo y egocentrismo dominan las conductas humanas. El mundo y la sociedad están cambiando y debemos analizar sus causas para poder re-humanizar al individuo.
El logro de objetivos personales o comunitarios a través de luchas competitivas de poder, de una manera benigna, es adecuado y natural en nuestra vida social. Pero la aplicación de la violencia para lograr el objetivo, es una patología o perversión del poder.
Como se explica la violencia? De donde sale? Las personas con conductas violentas son distintas a las otras? Si esto fuera así, estaríamos apoyando una teoría genética, hasta hoy no demostrada. Será entonces una conducta aprendida después de nacer?.
La mayora de los investigadores opinan que nacemos normalmente con tendencias violentas que debemos aprender a controlar y contener. Es decir que los seres humanos, como otras especies de la naturaleza debemos luchar por la supervivencia, pero la cultura y el aprendizaje condiciona esa lucha. Aprendemos a hacerlo sin violencia, respetando al prójimo, aceptando limitaciones que ciertas reglas sociales nos imponen..
Si esto es así, que ha pasado con las últimas generaciones de seres humanos en los cuales, en forma creciente, se ha naturalizado la conducta violenta. Pensemos que se necesitaron muchos siglos de aprendizaje y evolución, desde aquellos días en las cavernas, para poder vivir en comunidad, respetando las diferencias, luchando armónicamente y en conjunto para el logro de nuestra supervivencia. Hemos humanizado nuestra conducta social.
La familia jugó un rol fundamental en este proceso histórico de la humanidad. Este medio natural en el cual se genera, organiza y mantiene la vida del ser humano es el lugar donde se logra la individuación y la humanización.
El ser humano es el ser vivo de mayor complejidad, en lo referente a organización psicológica, lo cual le permite afrontar con mejores recursos su supervivencia, en relación con otras especies. Pero también nace con un alto grado de indefensión, con muchas áreas inmaduras, por lo cual necesita depender de otro ser humano para satisfacer sus necesidades básicas de alimentación, cuidado y protección.
La familia representa un segundo útero, en el que se completa la gestación del ser humano, donde nos aportan amor, alimentación y cuidado. En ella aprendemos a luchar por la supervivencia condicionando nuestro instinto animal al proceso educativo-formativo que ciertas reglas nos imponen. Aprendemos a hacerlo sin violencia, respetando al prójimo y aceptando ciertas limitaciones que los adultos nos exigen. Humanizamos nuestro animal interno. Los sociólogos lo llaman a esto proceso de socialización primaria.
La familia, nos enseña a vivir en sociedad, a través de un proceso educativo. El niño va incorporando en el contexto familiar conductas de acuerdo al modo aprendido de cómo satisfacer sus necesidades o deseos y a elaborar sus frustraciones.
Debemos definir conducta como el porte o manera con que los hombres gobierna su vida y dirigen sus acciones y disciplina: a la capacidad desarrollada por el ser humano a gobernarse a si mismo, dentro de las pautas sociales existentes.
Por lo tanto, las conductas violentas serian, la expresión de la falla del proceso educativo-formativo, y de la disciplina desarrollada por del individuo. Sería una falla del proceso de Socialización Primaria.
Deberíamos analizar en profundidad, que ha pasado en la familia y sociedad, estas últimas décadas, para poder comprender y prevenir conductas violentas, y mejorar la seguridad ciudadana.

Dr. Salvador E. Cuño



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