Día del respeto a la diversidad cultual de Americana
La Dirección de Documentación y Producción de Contenidos del
Ministerio de Educación recuerda a las diferentes comunidades
educativas de la provincia, que para la conmemoración de las
efemérides del 11 y el 12 de octubre, los actos por realizarse no
poseen carácter festivo
Cada institución debe determinar la manera
creativa de realizar la evocación pero lo fundamental, es no olvidar que
el análisis y la reflexión deben seguir una perspectiva latinoamericana
del proceso de la conquista.
En ese sentido, es que esta área del Ministerio presenta las sugerencias
de contenidos, a modo de reflexión, para tener en cuenta en los actos.
dirdocumentacion.blogspot.com
REFLEXIONES SOBRE EL 11 Y 12 DE OCTUBRE
Lo podemos decir al comienzo y sin rodeos: el 12 de octubre no es
una fecha para festejar. Y por eso mismo para reforzar lo antes dicho,
se ha incorporado en el Calendario Escolar chaqueño la fecha previa del
11 de octubre, cuando se conmemora el Último Día de Libertad de las
Naciones Originarias de América Latina. De todas maneras, y este es el
punto, es increíble cómo ha quedado incrustado sólidamente en nuestra
cultura, a pesar de todo lo que se pudo escribir para cuestionarlo, con
sobrados fundamentos, el concepto festivo de descubrimiento; incluso la
misma etapa de conquista y colonización que se inicia el mismo día,
continúa girando en torno a la epopeya, a “la heroicidad de esos
hombres arriesgados que vinieron a lo desconocido sin reservas de
ningún tipo”.Visto así algo claramente admirable.
En la actualidad, y sin ninguna necesidad de fomentar una revisión
fanática del período que se extiende por tres siglos, ya resulta cuanto
menos ingenuo continuar hablando y diciendo discursos afines a las
ideas promotoras de un pacífico “encuentro de culturas”. Tal vez lo más
cercano a la realidad es hablar de un verdadero choque cultural porque
entre ambos “mundos” se produjo un encontronazo después del cual
quedó a las claras el resultado: los habitantes primigenios sufrieron el
más tremendo avasallamiento cultural, un atropello irrespetuoso y vil a
partir de la invasión bárbara que no se privó de nada, violó, mató,
secuestró y torturó y puso en práctica estas acciones inhumanas con un
cinismo tan cruel que puede verse, sin demasiado esfuerzo a causa de la
más absoluta impunidad de la época, en las crónicas que no se privan
de describir con detalles tremendos, las experiencias incluso escabrosas
llevadas a cabo por el conquistador y su tropa. Porque, claro, hubo
excepciones, nos apresuramos a aclarar, pero no son más que mínimas
comparadas con una doctrina sistemática del exterminio que sin fisuras,
sin pausas, fue pensado, delineado y puesto en práctica por actores
convencidos de estar transmitiendo de esa manera principios, valores
y conductas “civilizatorias”. El fin, constituido por el claro objetivo de
la dominación, justificaba los medios más abyectos.
A esta altura de la vida, con todo lo que se ha investigado y “des -
cubierto” sobre el acontecimiento que, para muchos, partió la historia
del mundo en un antes y un después, afirmar lo dicho en párrafos
anteriores es casi una verdad de Perogrullo. Si el sistema democrático
funciona y existe la más absoluta libertad de expresión; si se han
oficializado contenidos que llegan a las provincias con el remitente del
Ministerio de Educación de Nación y en cada uno de los distritos hay
producciones que compiten entre sí en calidad, profundidad y claridad
didáctica : porqué entonces en las aulas escolares, en la mochila
docente, en su (falta de) iniciativa no se produce el impacto final, aquel
que impulse la acción propositiva en dirección a leer, analizar y
compartir desde “aquí “hacia “allá”; desde la América morena hacia la
blanca Europa, ese replanteo didáctico y pedagógico.
Pensar la Historia científicamente, analizar cuáles fueron los
móviles reales de la conquista, de impulsar e imponer con el
todopoderoso fuego de las armas (todopoderoso porque sólo uno de los
bandos lo poseía) una doctrina del sometimiento y la esclavitud a las
ancestrales civilizaciones precolombinas, aunque muchos teóricos
defensores del largo proceso sufrido, afirman que “no existe el término
esclavo en las Leyes de Indias”. Tal vez ese podría ser uno de los
objetivos sugeridos para trabajar.
Si para los que les falta un empujoncito para decidirse a trabajar
de manera crítica y extraer conclusiones de la larga etapa de
dominación española y portuguesa en América Latina resulta importante
una declaración, esa es entonces la opinión del argentino que hoy
heredó el trono de Pedro, Jefe de la Iglesia Católica. En uno de sus
recientes discursos en Bolivia, sin tapujos aprovechó la oportunidad para
pedir disculpas por la criminal manera de comportarse,
mayoritariamente, en la relación con los pueblos originarios.
Principalmente se refirió a la conducta entre los seres humanos pero
incluyó también, sin lugar a dudas, en dicha afirmación
al comportamiento de esos seres “cuasi dioses” contra la Madre Tierra;
la invasión y el saqueo de las riquísimas minas de oro y de plata y el
borrón prepotente del legado cultural ancestral. Eso mismo: el actual
Papa pidió perdón por sus conductas, por sus malas conductas contra
quienes fueron sacrificados en los altares de la angurrienta
y voraz civilización
Bernardo de Monteagudo, firme y leal impulsor de la
independencia americana, fue el inspirado patriota que redactó, en uno
de los párrafos de la Proclama de la Junta Tuitiva del Alto Perú: “hemos
guardado un silencio bastante parecido a la estupidez”. Ya es
sobradamente la hora de recuperar nuestra voz y continuar con la
creación del discurso propio, interrumpido tantas veces por asonadas y
Golpes de Estado. Afortunadamente hoy en ese sentido, hay un
contexto nacional y latinoamericano político, cultural -educativo y social
que nos acompaña y ayuda.
Finalmente, no podemos dejar de reconocer el denodado esfuerzo de
docentes que se preocupan por aprender y compartir con y en sus
comunidades, otro paradigma educativo en este y en otros temas
históricos ligados a nuestra verdadera soberanía. Vaya un sencillo
homenaje para ellos que vienen trabajando y militando desde hace
mucho por la liberación de las grandes mayorías populares.