Unas líneas, para hacernos salir del ostracismo en que muchas preferimos estar.
No tengo nada que celebrar si dejo que me dobleguen
No tengo nada que celebrar si asisto a hechos violentos y hago la vista a un lado; si me espanto o siento afectada por tantos casos de femicidio y no reacciono.
Si destrato a conocidos y no tanto; si saco lo peor de mí y no hago nada por cambiarlo.
No tengo nada que festejar si como mujer no afronto la vida con entereza y a sabiendas que la igualdad, en muchos estratos, aún está por llegar.
Para qué celebrar este día, si mi integridad como mujer ha sido y es pisoteada, situación permitida muchas veces por mí.
Porqué tendría qué festejar, si simplemente no creo en mí y el no hacerlo provoca que todo lo antes dicho, siga sucediendo.