Aída entregó las llaves de la ciudad a Monseñor Sigampa
La Municipalidad de Resistencia agasajó a monseñor Fabriciano Sigampa con una cena de camaradería que tuvo lugar en la sede del Arzobispado de Resistencia, para agradecer su tarea pastoral en los años que lleva al frente de la arquidiócesis y a pocas semanas de su partida. En la oportunidad, la intendenta, ingeniera Aída Ayala, le hizo entrega de las “Llaves de la Ciudad” en nombre del Pueblo y Gobierno de Resistencia “por la profunda y fraterna labor”.
Participaron del sencillo agasajo el Presidente del Concejo Municipal, doctor Eduardo Siri, el diputado provincial Sergio Vallejos, los concejales Liliana Godoy, Viviana Rojas Nigra, Alicia Ogara, Clarisse Pasmanter y Paola Romero, secretarios comunales, el Padre Rafael de Blanco y miembros de la Comisión Arquidiocesana “Justicia y Paz”
La Intendente manifestó “nuestra alegría por el paso de Monseñor por Resistencia y un dejo de tristeza por la despedida. Gracias por su tarea pastoral, por el mensaje permanente en nuestros corazones y en la tarea diaria de quienes tenemos responsabilidad ciudadana. Gracias por tantos gestos de humildad, de fraternidad que han sido una enseñanza permanente paras cada uno de nosotros”
Sigampa: “No me voy, quedo en el corazón de la gente”
Monseñor Sigampa expresó a los presentes que “cuando los veo, me alegro de verlos y ese fue mi lema aquí: “alégrense siempre del Señor”, porque no pasa de moda, siempre es el mismo y está para nosotros. Cuando uno afirma su vida en Dios, no tiene miedo porque el mejor homenaje es hacer bien las cosas”.
En cuanto a sus últimos días al frente del Arzobispado aseguró que “nunca pensé en irme y todo lo que hice fue para quedarme en el corazón de la gente. La idea, cuando el Papa me nombró fue meterme en el corazón de la gente para que no nos vayamos ni cuando se vuelve. Me plantee hacer del Chaco mi lugar, como el lugar donde yo nací y tengo que realizarme como hombre y sacerdote. Por eso ese esfuerzo de estar cerca del otro fue en parte logrado.”
Diversos pero unidos
“Yo siempre admiré a Dios porque es diverso y único -denotó-. Ya en el seminario admiraba como tres personas distintas (la Santa Trinidad) eran una sola persona. Y como somos imagen y semejanza Dios nos ha creado diversos pero orientados a ser uno al servicio del otro. Eso hace a la grandeza de los Pueblos porque demuestra la grandeza de las personas. Cuando uno se da, lo hace en forma íntegra y no calcula. Poner las capacidades y las cualidades al servicio del otro.
“Que la diversidad no nos cierre para construir. Las sociedades que saben ser uno demuestran la unidad en la obra, allí se traduce el compromiso del pueblo”.