Las políticas oficiales de ajuste contra la crisis económica impulsaron las protestas de miles de trabajadores en las principales ciudades de Europa y Asia
Miles de ciudadanos de algunas de las economías más golpeadas por la crisis europea salieron hoy a la calle con motivo del Día Internacional de los Trabajadores, y aprovecharon la ocasión para repudiar una vez más las políticas de austeridad y recortes implementadas por sus gobiernos.
En Grecia, además de concentraciones a lo largo de todo el territorio, los sindicatos convocaron a una huelga general que tiene paralizada a su capital Atenas, en donde están previstas dos manifestaciones en la parte céntrica de la ciudad.
El pasado lunes, el Parlamento griego aprobó nuevos recortes que incluyeron el despido de 15 mil funcionarios públicos para fines del año próximo. Llegando al sexto año de recesión económica, el país helénico ya supera el 27% de desempleo según las más reciente cifras, más del doble que el promedio en la eurozona.
España, otro de los países más castigados del bloque regional durante los últimos años por la crisis, también vio a miles de trabajadores salir a la calle durante esta jornada, convocados por los principales gremio bajo el lema "No tienen límites: lucha por tus derechos".
El deteriorado clima social que se vive en el país ibérico permitían augurar que las movilizaciones, que se están desarrollando en toda España, serían masivas, lo que significa una fuerte presión al gobierno del conservador Mariano Rajoy, que podría verse a obligado a acordar un pacto de Estado a favor del crecimiento y empleo, una propuesta que cada vez cuenta con más apoyo entre empresarios y sindicatos.
Por su parte, en Francia, unas 300 marchas fueron convocadas para el día de hoy, con el objetivo de reclamar al cada vez más impopular François Hollande acciones rápidas contra el desempleo, que alcanzó cifras récord durante el primero año del gobierno socialista.
En tanto, y tras el trágico derrumbe en una fábrica que dejó 402 muertos y casi 150 desaparecidos, decenas de miles de trabajadores se manifestaron en las calles de Dacca, capital de Bangladesh.
Los manifestantes desfilaban detrás de banderas rojas y carteles que pedían la horca para los dueños de los talleres de la catástrofe. "¡Horca para los asesinos! ¡Horca para los dueños de los talleres!", decían los carteles.
A pesar de los llamados a la calma de la primer ministro, Sheikh Hasina, el gobierno teme actos de violencia en las fábricas textiles del país asiático, donde los obreros trabajan en condiciones miserables para las empresas occidentales.