La corrupción del gobierno peronista del matrimonio Kirchner supera lo imaginado. Por la desmesura de su alcance y por la torpeza propia de un marco de impunidad del que nunca imaginaron prescindir.
La sociedad advierte indignada este vergonzoso enriquecimiento de los funcionarios que han gobernado el país y las provincias en los últimos 12 años con la complicidad de organismos de control, jueces y amigos del poder. Sin necesidad de ser expertos en cuestiones jurídicas, está bien claro que una red de corrupción de tamaña magnitud bajo ningún concepto pudo haber sido tejida a espaldas de Néstor o Cristina.
El Chaco no fue ajeno a esta red. El programa Sueños Compartidos se inició en la provincia allá por el año 2009 mediante convenio entre la Fundación Madres de Plaza de Mayo y el IPDUV (instituto de vivienda de la provincia) en ese entonces a cargo de José Valentín Benítez. La autoridad de aplicación del programa era el IPDUV, pero cuando sus inspectores de carrera cuestionaban las obras, el entonces Gobernador Capitanich creó la denominada Unidad Ejecutora de Programas Especiales mediante el Decreto Nº 1112/2009. Ese Organismo fue el que desde entonces tuvo a su cargo las “livianas” inspecciones.
A partir de ese momento el programa pasa a ser controlado por el Ministerio de Infraestructura a cargo de Omar Judis y algunos funcionarios del área, entre ellos Jorge Franco, quien tiene continuidad en el gobierno de Domingo Peppo.
Nuestra Provincia pagó al apoderado de de las Madres de Plaza de Mayo, Sergio Shocklender, la suma de $ 233.000.000 (que por entonces representaban U$S 57.000.000 de dólares), y que equivalen a un tercio del dinero afectado en toda la Nación al Programa Sueños Compartidos. Es decir que Chaco fue una de las más beneficiadas con fondos del programa.
Nadie sabe decir a ciencia cierta cuantas viviendas se construyeron. Algunos sostienen que se terminaron solo 348. El ex gobernador Jorge Capitanich y Jorge Franco sostienen que fueron 1418. De todas maneras son muchas menos de las que podían ejecutarse. Ese dinero habría alcanzado para construir 2470 viviendas de dos dormitorios conforme los precios FONAVI.
Lo que sí es cierto es que al Juez Federal Marcelo Martínez De Giorgi las cuentas no le cierran. Es por eso que citó a prestar declaración indagatoria al ex gobernador y actual intendente de Resistencia Jorge Capitanich para el 29 de agosto, como así también a Omar Judis el 30 de agosto y José Benítez el 25 de este mes.
A todo el perjuicio económico que hemos sufrido los argentinos como consecuencia de un relato perverso, debemos sumarle el institucional y moral, perfectamente retratado en toda esta operatoria denominada Sueños Compartidos que perfectamente podría haber sido premeditada si reparamos en que Madres de Plaza de Mayo cambió su figura inicial de Asociación para convertirse en una Fundación.
En el informe de la Auditoría General de la Nación (AGN) 2005-2011, se cuestiona la transferencia de $1.295 millones a una institución sin fines de lucro convertida en empresa constructora de viviendas. Se expone también que solo el 30% de las casas fueron terminadas a pesar de que el 70% de los fondos fueron ejecutados. Que se vulneró los principios de contrataciones públicas y se incumplió con los deberes como empleador al no pagar aportes y contribuciones a la seguridad social entre otras tantas irregularidades.
Frente a eso, el permanente accionar antidemocrático y violento que tiene quien gozó de la bondad de todo un pueblo que durante muchos años compartió su lucha por la verdad y la justicia. Me refiero a la señora Hebe de Bonafini. Su actitud de resistirse a la convocatoria de la justicia escoltada por una decena de funcionarios procesados, va a contrapelo de esas banderas y esos pañuelos que el pueblo le supo confiar y se encargó de manchar.
Por eso corcovean. Porque se terminaron las mieles de las políticas populistas que mediante la mentira, la humillación y la indignidad a la que sometieron a muchos, unos pocos pudieron hacer realidad el sueño anunciado y no compartido de Néstor y Cristina Kirchner: el de “ir por todo”.