“Si la política no es capaz de romper una lógica perversa,
y también queda sumida en discursos empobrecidos,
seguiremos sin afrontar los grandes problemas de nuestros Pueblos,
una estrategia de cambio real exige repensar la totalidad de los procesos”.
(Laudato SI)
A lo largo de los últimos meses venimos, todos, discutiendo acerca de la forma de enfrentar al gobierno de las corporaciones y sobre las herramientas aptas para la constitución rápida de una opción opositora de mayorías que frene a Macri y logre instalar un nuevo Gobierno Nacional y Popular en la Nación.
Consideramos que la disyuntiva, la contradicción principal en la Argentina actual es Pueblo o Antipueblo, Pueblo o Corporaciones, que hoy expresa en términos concretos entre el oficialismo y la oposición, entre quienes están con Macri o se oponen a su gobierno conducido por las corporaciones.
Desde nuestra perspectiva ese debe ser el norte: contra Macri todo y todos, abarcando al conjunto de las “víctimas” de las políticas de devastación económica y social. Moviéndonos entre la RESISTENCIA SOCIAL y una OPOSICIÓN POLÍTICA que aspire a construir una opción política ganadora, un frente opositor que pueda derrotar, electoralmente y lo antes posible, a Macri.
¿Cuáles son los principales espacios sociales afectados por las políticas de las corporaciones y que constituyen la base para el desarrollo de las acciones de resistencia?
Sectores populares desocupados y los trabajadores informales, que en su mayoría conforman lo que denominamos economía popular. Constituyen el núcleo más afectado por las actuales políticas, avanzando a una desocupación creciente y cada vez más por la falta de posibilidad de acceder a la alimentación necesaria para sobrevivir.
Trabajadores formales del Estado, de la industria, el comercio y del sector agropecuario. Ellos también comienzan a sufrir la desocupación, las suspensiones y una perdida brutal del poder adquisitivo.Micro, pequeños y medianos empresarios del sector industrial, comercial y agropecuario, en particular los vinculados a las economías regionales.
El conjunto de las políticas económicas del macrismo (devaluación, incremento de los costos, tarifas, costo de financiamiento, reducción del mercado interno, etc.) afecta en forma directa y muy grave a estos sectores, muchos de los cuales ya están desapareciendo o en situación extremadamente crítica para el desarrollo de sus actividades.
Sectores de la clase media. También están sufriendo las políticas de ajuste, el tremendo proceso inflacionario, los aumentos extraordinarios de las tarifas y la pérdida de sus condiciones de vida alcanzadas durante los últimos 12 años.
Esa es la “real realidad” que viven y sufren estos sectores sociales, como consecuencia de las políticas de las corporaciones y no hay ningún medio de comunicación más penetrante que ella.
APORTAR A LA CONSTRUCCIÓN DE UN ESPACIO DE UNIDAD CON VOCACIÓN DE MAYORÍAS
Para construir la fuerza política que derrote electoralmente a este gobierno, es necesario primero aceptar la realidad que determina que fuimos derrotados, que la fuerza política que nos derrotó responde absolutamente a las corporaciones económicas, que conducen el gobierno no solamente con Ceos sino que es el primer gobierno con un rol protagónico de las familias patricias argentinas desde Roca en 1890, y que la alianza FPV se convirtió en una expresión minoritaria del campo nacional y popular.
Reivindicamos la validez de lo hecho en los últimos 12 años, en tanto se desarrolló una política firmemente orientada hacia la extensión y ampliación de derechos, al procesamiento y castigo de los responsables del terrorismo de estado,a la recuperación del rol del estado como promotor del desarrollo y garante de la equidad social, a la recuperación de los instrumentos indispensables para desempeñar ese rol con eficiencia (sistema previsional, YPF, AA, AySA, etc.), a la redistribución de la riqueza mediante el funcionamiento pleno de los institutos colectivos del sistema de relaciones laborales, a la asistencia a los sectores más vulnerables de la sociedad incluyendo la flexibilización del régimen jubilatorio, a la integración efectiva con los países hermanos y, en general, a crear las condiciones propicias para volver a creer que la liberación social y nacional son posibles.
Por eso es que nuestro compromiso con el Proyecto reivindica el pasado pero está consagrado al futuro. Lo que implica, como objetivo inmediato, reconstruir la fuerza política capaz de edificar ese futuro. Basada en un peronismo que vuelva a ser capaz de torcer la marcha de la historia, como lo hizo el primer peronismo. Consciente de que sin ese instrumento no hay redención posible para nuestro pueblo, pero también de que el peronismo sólo no basta y que es imprescindible ratificar con la mayor amplitud la vocación frentista que el siempre tuvo.Y dotada de una conducción eficiente, de ejercicio constante, respetuosa de las bases, capaz de interactuar con la organización territorial, con el sindicalismo y con los movimientos sociales, de incorporar a las capas medias librando la batalla cultural necesaria para que cobren conciencia de sus propios intereses y no miren la realidad con la óptica de sus explotadores y de organizar a las grandes mayorías populares para que nunca más un gobierno opuesto a sus intereses y a sus anhelos pueda regir los destinos del país por voluntad ciudadana, como una suerte de oxímoron histórico.
Para nosotros esta es la tarea de la etapa. Lucha en la calle junto a los trabajadores, amplitud en la construcción del Peronismo y el Campo Nacional y compromiso militante y revolucionario en el territorio.