Como una metáfora de la película de Damián Szifron (Relatos Salvajes), las columnas abandonadas en las veredas de la ciudad de Resistencia, en cualquier momento podrían ocasionar una tragedia. Y a quien vamos a culpar ? Con quien nos vamos a enojar ? A quien vamos a criticar ?.
Corroídas por el óxido, la desaprensión y la apatía de frentistas y propietarios que las dejan libradas a su suerte, las columnas están ahí, listas para caerse ante el menor de los vientos, o a causa de su paupérrima situación estructural.
Las hay de todos los tamaños y tipos: con carteles abandonados que portan focos fluorescentes que no funcionan desde hace años, las que funcionan como porta afiches sin sentido, algunas de campañas políticas inútiles que solo ensucian y con rostros de gente que no conocemos; de cemento, de hierro, de caño, etc. Todas tienen algo en común, no sirven para nada y son potencialmente peligrosas para los transeúntes y automovilistas que circulan a su alrededor.
Para empezar a construir comunidad tenemos que pensar en el otro, en el daño que puede causar actitudes irresponsables de funcionarios públicos que no controlan lo que tienen que controlar y de los encargados (dueños) de dichas columnas que las han instalado y abandonado.
Desde la Fundación Ciudad Limpia proponemos retirarlas y venderlas como chatarra (reciclando las que son de metal) para obtener dinero que se puede destinar a la ejecución e instalación de carteles indicadores de transito que faciliten a los conductores locales y fundamentalmente a visitantes de la dirección de los destinos que deseen tomar, ya que Resistencia es hoy , prácticamente una Ciudad Muda.Todo compatriota que desea atravesar nuestra ciudad , si no tiene GPS tiene que andar preguntando y dando vueltas complicando aun más el complejo transito local.
El peso en hierro y acero que se recuperaría alcanzaría de sobra para costear la instalación de un buen numero de carteles nuevos , visibles y útiles y no tocar la raída caja del Estado.
Empujemos entre todos para hacer de Resistencia una ciudad más vivible, con ciudadanos responsables y funcionarios capaces. No depende de nadie más, sino de nosotros. Muchas Gracias