La problemática del aborto ha recibido, especialmente en estos últimos días, una vasta atención. Los legisladores están impulsando leyes tendientes a la despenalización, en medio de una fuerte pugna de opiniones.
Uno de los datos a destacar es que la problemática ha sido sacada intencionalmente del terreno moral para ser planteada desde el marco sanitario y jurisprudencial, abogando por los derechos de igualdad de todos los ciudadanos que, en las condiciones actuales se verían impedidos por la restricción de la ley, con perjuicio de los más desposeídos, por lo tanto, la ley de descriminalización es así presentada, como fuente de justicia social.
La pregunta que intentaremos contestar es la siguiente: ¿en qué medida la ley de aborto influirá sobre la tasa actual de abortos?
Etimológicamente la palabra aborto proviene del latín “abortu” por conjunción de “ab” negación y “ortus” nacimiento. Significa mal parto, parto anticipado, nacido antes de tiempo.
La magnitud del aborto en Argentina, según estimaciones de especialistas del CONICET y de la UBA es de 460 mil a 600 mil abortos anuales. Esto significa que se produce casi una interrupción voluntaria del embarazo por cada nacimiento registrado en el país.
Una de las causas de muertes maternas es el aborto clandestino. Debido a esto, surge la pregunta sobre si la solución sería la despenalización o legalización del aborto provocado. Para este fin hemos utilizado los datos emanados de la experiencia de EE.UU., tanto antes como después de la legalización del aborto; así como también de algunos otros países donde este procedimiento es o ha sido ilegal.
El Centro para el Control de las Enfermedades (CDC) de EE.UU. reportó 1.232 muertes maternas por aborto ilegal en 1942, el año antes de que la penicilina se hiciera asequible al público. También según los datos del CDC, después de ese año el número de muertes maternas por aborto ilegal comenzó a disminuir drásticamente hasta alcanzar la cifra de sólo 90 en 1972, el año antes de la legalización del aborto a nivel nacional, lo cual de-muestra que dicha disminución no se debió al status legal del aborto, sino al avance de la medicina. La Liga de Acción Nacional por el Derecho al Aborto (NARAL), sostiene que antes de 1973 se practicaban alrededor de 200.000 abortos al año en EE.UU. También según NARAL, la proporción de muertes maternas era de 40 por cada 100.000 abortos ilegales, lo cual da como resultado un promedio de 80 muertes maternas al año por aborto ilegal.
El Dr. Christopher Tietze, un experto en estadísticas del Population Council y activista a favor del aborto, afirmó en un estudio publicado en 1983, que en EE.UU. había entre 100.000 y 200.000 abortos ilegales al año (aun con leyes que liberalizaron el aborto), y que por causa de ellos, morían entre 50 y 100 mujeres anualmente. En otras palabras, la legislación permisiva no erradica los abortos clandestinos ni incide en las muertes derivados de ellos.
Antes de la legalización nacional del aborto en EE.UU. en 1973, había de 100.000 a 200.000 abortos al año. Sin embargo, a partir de ese año, el aborto ha ido aumentando drásticamente hasta alcanzar la cifra actual de 1.6 millones al año. Es decir, el aborto en EE.UU. ha aumentado de 8 a 16 veces desde su legalización.
Hay países donde el aborto es legal y la mortalidad materna es alta (Rusia). Un tercio de todas las muertes maternas del mundo ocurren en la India, donde el aborto es legal. Además, en algunos países el aborto es ilegal y la mortalidad muy baja. En Irlanda, donde el aborto sólo se permite para salvar la vida de la madre, la mortalidad materna es tres veces menor que en Holanda, donde el aborto es irrestricto. En Chile abortar es ilegal, pero la mortalidad materna es menor que en Cuba, donde no hay restricción.
En síntesis, la legalización del aborto no garantiza una reducción de la mortalidad materna, como por otra parte sí lo hace un buen sistema de salud.
En pocas palabras, los estudios comparativos demuestran que la legislación del aborto hacia un modelo permisivo no disminuye la tasa de abortos y no erradica los clandestinos, sino que al transformarse en un acto moralmente neutro, tiende a aumentar la prevalencia anual en los países que han adoptado una legislación liberal al respecto. La mortalidad materna puede descender efectivamente por el mejoramiento de los servicios de salud y el desarrollo de tareas preventivas para evitar el embarazo no deseado; no necesariamente legalizando la muerte de los más indefensos.