Nadie me tiene en cuenta, parece que soy invisible
A pesar de que ser invisible a veces tiene sus ventajas, no es agradable que no te consulten, que a nadie le interese tu opinión. Cuando nos sentimos invisibles solemos tomar una de estas tres actitudes:
1. Nos resignamos La persona que se resigna es alguien que deja de participar, y que de a poco se va aislando y volviéndose todavía más invisible. 2. Esperamos Hay personas que dicen: “Voy a esperar que me pregunten, a que se den cuenta de que soy inteligente y capaz”, y esperan toda su vida para hacerse visibles y brillar. 3. Provocamos que las cosas sucedan La persona que provoca se mueve para alcanzar sus metas; no dice: “voy a dejar que la vida me sorprenda”, sino que afirma “voy a hacer algo para sorprender a la vida”. Como vimos, no es que personas nos consideran invisibles, sino que nosotras mismas actuamos como si lo fuéramos. Para que puedas ser una provocadora y que todos puedan verte y apreciar tus capacidades, no tenés que esperar o resignarte, ¡tenés que provocar! Dos tips para ser una persona que provoca que las cosas sucedan es su vida: 1. Quebrá tu comunicación sumisa La comunicación es fundamental para establecer buenas relaciones interpersonales, no obstante, hay personas que no pueden hablar de igual a igual, entonces, hacen silencio o, cada vez que se comunican, lloran, discuten o gritan. Para ser visible tenés que cambiar tu manera de comunicarte: debés dejar de tener miedo a la gente, a expresar tu opinión. ¡Recordá que todos somos iguales porque compartimos la misma naturaleza humana! 2. Quebrá la vergüenza La vergüenza siempre te esclaviza, y esta es la razón por la que no podés hablar, no podés compartir, te escondés y te sentís invisible delante de los demás. Una persona que siente vergüenza está muy pendiente de la mirada ajena, ¡por eso se vuelve invisible para sí misma! Hay personas que son invisibles para sí mismas porque se perdieron en la mirada de los otros. Empezá a mirarte más, dejá la comunicación sumisa, desenredate de la vergüenza que te tiene atada y esclavizada; comenzá a ser una mujer que provoca que las cosas sucedan. ¡Dentro de vos está toda la capacidad para lograrlo!