¿Sos muy emocional? Todos tenemos emociones y razón, es decir, sentimos y razonamos. Hay personas que creen que por ser muy emocionales no son inteligentes, pero esa afirmación no es cierta: podemos ser muy emocionales y muy inteligentes a la vez.
En este mensaje quiero hablarte de cuando usamos mal la emoción. Si bien es correcto que usemos nuestras emociones, el problema comienza cuando las utilizamos mal, cuando las usamos en contra de nosotras mismas.
Si hoy tuvieras la posibilidad de viajar en el tiempo, ¿a dónde irías, al pasado o al futuro? Hay muchas personas que no querrían volver al pasado, porque allí encontrarían alegrías, pero también mucho dolor, errores, decisiones equivocadas que tomaron de manera impulsiva, usando mal sus emociones. ¿Te imaginás lo que sería hoy tu presente si no hubieras cometido ciertos errores? Es probable que sientas que por usar mal tus emociones, por tomar decisiones equivocadas, se te pasaron muchas oportunidades, y que esas puertas tal vez nunca más se vuelvan a abrir.
¿Qué cosas ya no esperás que te pasen? Muchas veces nos acostumbramos a vivir de cierta manera, y ya no hacemos nada para cambiar esa situación. Tal vez te hayas acostumbrado a tener dolor de espalda, a no irte de vacaciones, a vivir con humedad en las paredes de tu casa… Cuando te acostumbrás a algo, ya no lo sentís, te da lo mismo.
¿A qué te acostumbraste?, ¿te acostumbraste a tener problemas en tu pareja porque hasta ahora vivieron peleando?, ¿te acostumbraste a no tener una familia porque hasta ahora no la pudiste construir? Si estás acostumbrada, no vas a esperar un cambio y tus emociones te van a decir: “Esto es así, ya no se puede hacer nada”.
Querida mujer, no te conformes, no te acostumbres a seguir igual por el resto de tu vida, ¡esperá siempre una nueva oportunidad! No te habitúes a nada malo, ni siquiera a lo bueno, porque si te acostumbrás a lo bueno, te perdés lo mejor, y vos y yo no estamos para lo bueno, ¡estamos para recibir lo mejor en esta vida!