Frente a la adversidad, a veces pensamos que los problemas nos van a terminar enfermando o incluso matando. Sin embargo, todas las personas tenemos el “don de la resistencia”. Este don consiste en la habilidad de reponernos emocionalmente de las circunstancias más desfavorables y dolorosas. ¿Cómo actuar sabiamente y dejar atrás una situación que te angustia, te limita y te paraliza? Veamos:
1. No permitas que el dolor, el fracaso, la tristeza o esa situación inesperada que experimentaste te definan como persona. Luego de cada error y de cada crisis hay nuevas oportunidades que te estarán esperando. Recordá que equivocarte y perder no te convierte en una fracasada o en una perdedora. ¡Solo es un tropiezo!
2. Para resolver esa crisis con sabiduría y no enfermarte necesitarás liberarte de los sueños perfectos que te ahogan. Soñar está muy bien, pero muchas veces soñamos con ideales perfectos que no podremos alcanzar. Por ello es que necesitamos liberarnos de la tiranía del sueño perfecto, pues este solo terminará ahogándote.
3. Construí a partir de la decepción. Ser humilde significa entender, comprender que no todo lo que pasa en la vida tiene que ver con nosotras. Aprendé a construir sobre la realidad. Tenés la habilidad de tomar cada pedacito de tu sueño roto y transformarlo en un nuevo escalón para subir al próximo sueño, pero no a un sueño perfecto, sino a un nuevo proyecto que construirás pisando la realidad.
4. Date tiempo. Las mujeres debemos aprender a darnos tiempo. Así como queremos que todo suceda “ya”, también en un abrir y cerrar de ojos queremos salir de esa circunstancia adversa, y no vemos ni valoramos la madurez que vamos adquiriendo durante el proceso.
Siempre habrá nuevas oportunidades, solo necesitás ajustar tu sueño y esperar lo mejor. Recuperá la confianza en vos misma, sacá a luz esa resistencia que te hace única y que te anima a no abandonar la carrera. No importa el error ni lo que no lograste, importa que vuelvas a insistir. ¡Tarde o temprano lo vas a lograr!