El 24 de marzo de 1976 las fuerzas armadas derrocaron a María Estela Martínez de Perón, quien había asumido luego de la muerte del general, e instalaron en su lugar un gobierno de facto conocido como la junta militar, conformada por los comandantes de las tres fuerzas armadas.
Los destituyentes llamaronProceso de Reorganización Nacional al golpe de estado cívico militar que perpetraron.
Y así fue que la dictadura militar persiguió, detuvo, interrogó, torturó y desapareció argentinos. Como vos, como yo, como los que amas.
En palabras de Pablo Pereira: “El objetivo último de ésta feroz represión consistía en que la dictadura cívico militar traía bajo el brazo el plan económico que sentaría las bases para el desarrollo del neoliberalismo en nuestro país en favor de los grupos concentrados locales y extranjeros.
Hoy la derecha por primera vez en la historia argentina llego al poder a través del voto popular. Y sus medidas económicas son idénticas a las del año 1976.
El 24 de marzo de 1976 las fuerzas armadas derrocaron un gobierno constitucional y en nombre de la Paz tomaron el poder político para imponer un determinado orden social a través de las fuerzas represivas del aparato estatal, autoproclamándose como un “proceso de reorganización nacional”. Y entre sus ultraintenciones estaba la instauración de un modelo económico rentístico-financiero que destruiría las bases sociales y productivas durante los años siguientes.
El 2 de abril de 1976, el ministro de Economía de la dictadura cívico-militar, José Alfredo Martínez de Hoz, anunció las principales líneas de su plan económico. Algunas de las medidas presentan similitudes con la política nacional actual que nos lleva a pensar que lo que está aconteciendo no tiene prácticamente nada de novedoso. Palabras como “sinceramiento”, “modernización” o “liberalización” son algunos de los latiguillos típicos que vuelven a ser utilizados para explicar las reformas económicas antipopulares que se están llevando a cabo con el nuevo gobierno.Hace 41 años sostenía Martínez de Hoz: “Hemos dado vuelta una hoja del intervencionismo estatizante y agobiante de la actividad económica para dar paso a la liberación de las fuerzas productivas”, adelantado el retiro del estado en la regulación de la economía y la posterior apertura al capital extranjero especulativo. Así el Ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, sostuvo que crecimiento económico llegaría de la mano de la “liberalización de las fuerzas productivas y creativas”. Idénticos procesos.
En igual sentido podemos mencionar el desmantelamiento de los controles de precios, la reducción de las retenciones a la exportación, la liberalización cambiaria y la apertura comercial. Medidas que se implementan en la presidencia de Macri de la misma manera que hace 41 años. También significó la apertura de la cuenta de capital con la “Ley de Entidades Financieras” del año 77 que se articuló perfectamente con los pedidos de crédito a los organismos internacionales, con el FMI a la cabeza. Un paralelismo puede trazarse con el acuerdo con los Fondos Buitres (que dejó la puerta abierta para volver al sobreendeudamiento) y como esto fue anunciado como la única posibilidad de que lleguen las inversiones y con estas volver al crecimiento.
El plan económico de la dictadura produjo fue un endeudamiento feroz que permitió rentas financieras de corto plazo pero que desalentaban la inversión productiva y el empleo. Dicho endeudamiento se convirtió en el principal mecanismo de subordinación y dependencia de la política económica nacional a intereses extranjeros teniendo a las recetas impuestas por el FMI durante los 90 como su principal exponente. Estos son los principales riesgos de la actual política económica en caso de volver a condiciones similares.
Sin embargo, naturalmente pueden notarse algunas diferencias. Con la dictadura, el aumento de los precios sumado a los congelamientos a los salarios permitió un durísimo golpe al poder adquisitivo de los trabajadores que sufrió caídas de más del 30% tan sólo en el primer año. Algo similar sucedió en los primeros meses del gobierno, no obstante, con la diferencia de que el sistema gremial pudo en el año 2016(no así esté ya que el 6 de abril está convocado un paro nacional) pujar en paritarias por un mayor salario nominal.
La rueda financiera, la reducción y congelamiento de los salarios, la persecución ideológica, la intervención de los sindicatos, la prohibición de los partidos políticos fueron posibles a fuerza de plomo, a fuerza del terror más profundo que como sociedad vivimos.
Al finalizar la dictadura cívico-militar la deuda externa y los índices de pobreza se habían acrecentado sideralmente.
Por esto hoy, 24 de marzo, rememoramos no sólo a las víctimas del terrorismo de estado sino también el brutal plan económico de ajuste contra las mayorías populares con sobreendeudamiento.
El 21 de marzo pasado el gobernador Domingo Peppo firmó en Buenos Aires un convenio de cooperación con la titular de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto. El objetivo esfortalecer la lucha de abuelas en nuestra provincia y ratificar el compromiso y acompañamiento del Estado provincial a partir de la implementación de políticas públicas que fortalezcan los procesos de Memoria, Verdad y Justicia.El acuerdo pretende continuar la búsqueda de los nietos apropiados en la provincia, con la implementación de equipos técnicos que trabajan cotidianamente en diversas áreas: difusión y educación, jurídica, genética, atención psicológica, recepción de denuncias y atención a personas que dudan de su origen.
Para ello el gobierno provincial se comprometió a colaborar a través de la a difusión de actividades y a formar conciencia en la población. Y también realizará un aporte económico de $180.000 anuales, con el objetivo de optimizar y cooperar en el cumplimiento del objeto del presente.
Hoy se cumplen 41 años del infame y sangriento golpe de estado cívico-militar. Hemos desandado un camino de inclusión para reiniciar el apretado peregrinar de una Argentina para pocos, para los pocos que más tienen, en el cual el disciplinamiento a través de la represión y criminalización de cualquier forma de protesta es el pan nuestro de cada día. Ejemplo claro de esto es la situación legal de la dirigente social Milagro Sala, cuyo caso incluso ha sido tratado en la corte interamericana de Derechos Humanos. En tal sentido Horacio Verbitsky denunció que se ha aplicado “la privación de derechos civiles y políticos absolutamente inconstitucionales a quienes protestan en Jujuy”. Y que la práctica es “primero la represión armada ante cualquier protesta, luego la judicialización y finalmente el retiro de personería” a la organización. Y pidió a la CIDH que reclame al Estado argentino que “advierta a Jujuy que debe atenerse a los estándares de los derechos humanos de la región”, que “cese la persecución, el hostigamiento y la criminalización de la protesta”.
Hemos vuelto a debatir sobre el número de victimas del terrorismo de estado, se han bajado los cuadros de San Martin y Belgrano del despacho presidencial, se ha condecorado al rey de España con la orden del libertador San Martin. Es preciso mencionar que el rey Felipe de España pertenece a la dinastía borbónica, la misma de la cual nos independizamos hace 200 años y que, además, en 200º aniversario de nuestra independencia fue invitado el rey emérito español a quien se dirigió el presidente en ejercicio, en su discurso oficial brindado en la emblemática Casa de Tucumán diciéndole:"Deberían tener angustia de tomar la decisión, mi querido Rey, de separarse de España".
Ante tal estado de situación hoy, 24 de marzo,urge manifestarnos en comunidad, pacífica y multitudinariamente Para decir nunca más colonia, nunca más sometidos al FMI, nunca más Argentina para pocos: 30.000 compañeros detenidos desaparecidos, presentes ahora y siempre!Memoria, verdad y justicia.