Todos tenemos algún área de nuestra vida en la que a diario nos traicionamos, porque no cumplimos con lo que nos prometemos. Hoy quiero hablarte de tres tipos de traiciones que todos solemos hacernos:
1. La traición a nuestra salud. Traicionamos nuestra salud cuando no le podemos decir que no a eso que nos hace mal. Por ejemplo, nos prometemos no comer alimentos que dañan nuestra salud y empezamos una dieta, pero como no vemos resultados inmediatos, la abandonamos a los pocos días. Necesitamos determinarnos algo y entrar en el proceso, porque no basta con declarar que vamos a hacer algo si después no soportamos los procesos y abandonamos antes de tiempo. 2. La traición a nuestra sabiduría. Traicionamos nuestra sabiduría y capacidad cuando explicamos nuestra mediocridad con excusas como: “es que a mí nadie me ayuda” o “es que yo tuve una vida muy dura”. En lugar de dar una explicación para justificar lo que no nos sale, debemos afirmar: “Yo tengo capacidad, inteligencia y fuerzas, y voy a seguir adelante hasta lograr mis metas”. 3. La traición a la voluntad. Todos tenemos voluntad, pero a la voluntad hay que desarrollarla. Cuando te ponés una meta y no la alcanzás es porque resolvés tus problemas siempre de la misma manera y no buscás una forma alternativa. Si algo no te está dando resultado, poné voluntad en hacer algo distinto. Si querés mejorar tu cuerpo y no te da resultado ir al gimnasio, hacé otra cosa, por ejemplo, andá a bailar salsa. Usá tu voluntad, dejá de traicionarte dando excusas y justificando tu mediocridad.
Si hay algo que todavía no lograste es porque eso está fuera del área de tu comodidad, y para alcanzarlo es imperioso que dejes de decir “no puedo”. Necesitás dejar de dar excusas para comenzar a tomar decisiones. Sin embargo, no se trata solamente de proponerte algo, tenés que aprender a soportar los procesos y estar dispuesta a afrontar tiempos de alta presión. Aprendé a vencer las resistencias, perseverá, esforzate un poco más, porque lo que va a llegar después de eso será maravilloso.