Sólo debemos recordar rindiendo más que un homenaje el sincero reconocimiento a quien en vida diera esa misma vida por el bienestar general, el de un país nada menos. Las fechas de las partidas de los seres de este suelo deben ser tenidas en cuenta sin dudas, pero como somos entre otras cosas humanistas y cristianos, sabemos que la muerte fue vencida, más por aquellos que hicieron eso de que “no hay fe sin obra”.
Vaya que el General tres veces presidente de la Argentina, Juan Domingo Perón lo hizo. De la postración al júbilo, de los camas calientes y sometidos obreros a dignos trabajadores. A sus familias. Hoy llenarán algunos los bustos de coronas y flores, otros como nosotros reivindicamos en la lucha su legado, el de la Justicia Social.
Hoy la América continentalita soñada de San Martín y Bolívar, la Patria Libertada está llena de dolor y de corruptos que quieren mantenerse en el poder y llegar a él sin tapujos, hambrean, castigan y estigmatizan al pobre y calumnian a los dirigentes luchadores puros. Al escudo identificatorio nuestro lo hicieron como una tarjeta de crédito usada después de las elecciones para sus intereses inconfesos. Ampliando la brecha entre poderosos y humildes, corruptos y sacrificados llevados a la usura o al clientelismo.
La integridad de Perón solo se compara y seguirá vigente entre los más grandes hombres que sin querer ser próceres fueron soldados de la causa popular, la del pueblo no populista, ojo. Ultrajado su cuerpo inerte y llevado a la vergüenza por pícaros que no sólo se quedaron con el vuelto sino con la bolsa llena en detrimento de los jubilados que hoy pagan por serlos en los descuentos infames, jóvenes y niños a quienes no les importa nada.
Hoy hay que desagraviar la figura de Perón, de Evita, de Rucci, del Pueblo amado. Dio la vida por el país deseando crear una Patria solidaria, de la comunidad organizada, hermanada en sus proyectos de los días mejores. Antes era el “Perón vive”, después el “Perón vuelve”, hoy debe ser “Perón presente como siempre desde los trabajadores, cualesquiera sea su condición”.
Nosotros desde la unidades básicas, los fortines que son los sindicatos genuinos seguimos alertas para el bienestar evolutivo y la dignidad y para que una vez se realicen totalmente el legado podamos decir con respeto “General Juan Domingo Perón, luchamos, cumplimos, descanse en paz, General.”