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Mantilla
Viernes, 31 de mayo de 2013
Mató a sus hijos de 3 y 7 años y se atrincheró junto a los cadáveres
Un joven de 26 años ultimó a los chicos de balazos en la cabeza. Antes intentó asesinar a su mujer, acusándola de infiel. Desde la noche del martes y hasta ayer a la madrugada se encerró en su casa con los cuerpos de los menores. Se pegó un tiro cuando entraba la Policía y murió.
Un hombre permaneció atrincherado en su casa después de asesinar a balazos a sus hijos de 3 y 7 años. Lo hizo durante 30 horas al lado de los cadáveres de ambos menores. “A los chicos los maté hace más de 24 horas”, escribió el homicida en una hoja antes de pegarse un tiro en la cabeza cuando la Policía ingresaba tras fallidas negociaciones para que desistiera de sus actos.
El drama ocurrió en la localidad correntina de Pedro R. Fernández, popularmente conocida como “Estación Mantilla”, ubicada a unos 160 kilómetros al Sur de la capital provincial.
Desde el martes a la noche y hasta ayer a la mañana Víctor Eduardo Pared, de 26 años, estuvo encerrado en una vivienda con los cuerpos de los niños a los que atacó por la espalda cuando miraban dibujitos en la televisión.
De acuerdo a los datos recabados por época de fuentes ligadas a la pesquisa, Pared primero intentó matar a su mujer, Rosa Fernández, de 24 años, acusándola de una supuesta infidelidad.
El joven había llegado aquel día desde Buenos Aires donde trabajaba para una empresa de ferrocarriles. “Aproximadamente cada 15 días volvía a Mantilla, pero esta vez lo hizo mucho antes porque sospechaba que su concubina mantenía una relación amorosa con otro hombre”, explicó uno de los investigadores.
Cerca de las 21 del martes, entre Pared y la mujer se generó una discusión a gritos en el domicilio que habitaban con sus hijos, situada en calle Blanco del barrio Nuevo.
En ese entredicho, Fernández literalmente “lo echó” de la casa. Ella en todo momento negó la infidelidad de la que él, según decía, supuestamente tenía detalles de versiones llegadas a sus oídos.
Tras ese primer incidente, el hombre volvió a eso de las 22:30 a la vivienda con claras intenciones de ultimar a la mujer. La persiguió con un revólver calibre 38, con el cual efectuó al menos tres disparos sin herirla mientras ella corría hacia una zona de arbustos de la propiedad de un vecino, en la cual se escondió.
Rosa explicó en la comisaría que luego de ese episodio escuchó dos detonaciones más, esta vez producidas en el interior de la casa.

Horas de tensión
Varios efectivos acudieron al domicilio y halló puertas y ventanas cerradas. Así pasaron las horas hasta el amanecer cuando otra vez, de acuerdo a lo señalado desde la Policía, volvieron a intentar que Pared desistiera de su actitud.
El miércoles a la tarde cuando los policías locales se vieron sobrepasados ante semejante situación recién avisaron lo que sucedía a la Unidad Regional II de Goya, cuyas autoridades viajaron de urgencia mientras solicitaban la llegada a Mantilla de un negociador y el grupo Policía de Alto Riesgo desde Capital.
Desde entonces, siempre a través de una ventana lateral, hubo “conversaciones” de los encargados del caso con el autor de los crímenes, quien atrincherado incluso había colocado una “barricada” apilando bolsas de cal y cemento contra la puerta.
“No se escuchaban a los chicos y en base al relato de la madre había sospechas pero ninguna certeza de que los había atacado. La Policía en todo momento hacía acciones pensando en que los menores estaban con vida”, indicó una de las fuentes.
Pared decía que los dos nenes estaban bien y para dejarlos salir quería que Rosa fuera a hablar en persona con él, era su condición.

“Hay que entrar”
Cerca de las 5:30 de ayer el importante número de policías desplegados alrededor de la vivienda tuvieron la orden escueta y precisa: “Hay que entrar”. Fue entonces que, en medio del procedimiento, escucharon un disparo realizado en el interior del domicilio.
Apenas lograron entrar, los efectivos observaron un panorama de terror. Los cadáveres de los hermanitos estaban delante de un televisor encendido, emitiendo la señal de un canal de dibujos animados en una de las habitaciones. El niño más chico presentaba dos heridas, el más grande una.
Mientras en otra dependencia dieron con Pared, acostado sobre un colchón acusando una herida de bala (con orificio de entrada y salida) en la cabeza.
El hombre fue derivado en principio al Hospital de San Roque y desde allí enviado al Hospital Escuela de capital en gravísimo estado de salud. Ayer, a las 18:40, dejó de existir.

“Los maté”
Al lado del colchón en el que se había acostado antes de pegarse un tiro, Pared escribió en un papel una frase aterradora: “A los chicos los maté hace más de 24 horas”.
En el escenario del drama la Policía secuestró el arma de fuego, ocho vainas servidas y otros tantos proyectiles sin utilizar.
Conocida la tremenda noticia todo el pueblo quedó envuelto en un estado de conmoción. En este contexto el intendente, César Acevedo, brindó algunos detalles. “La verdad que estamos todos muy conmovidos por el hecho. Creemos que el hombre mató mucho tiempo antes a sus hijos y sorprende la tranquilidad que tenía cuando negociaba con la Policía. El asesino estaba tranquilo, dispuesto a negociar. Es increíble la sangre fría de algunas personas para cometer semejante hecho”, dijo.
(Epoca)


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