La red ferroviaria argentina comenzó a construirse en la segunda mitad del siglo XIX. Fue la herramienta que permitió consolidar el modelo de país diseñado por la Generación del 80. En 1857, el Ferrocarril del Oeste que unía plaza Lavalle y Floresta en Buenos Aires, fue el primero y fue construido totalmente con capitales nacionales. Años más tarde, capitales ingleses y franceses construyeron nuevos tramos para acceder a los puertos de Buenos Aires, Rosario, Mar del Plata, Bahía Blanca y Neuquén.
En 1870 había 772 kilómetros de vías. Desde entonces, y por varias décadas, se desató una verdadera fiebre ferroviaria. En 1900 la cifra había ascendido a 16.500, se duplicó en 1915, en 1947 ya había 42.700 kilómetros y una década después llegaría a su máximo esplendor con 47 mil kilómetros de extensión.
Sin dudas, el Chaco se constituyó con el ferrocarril. Alrededor de 60 poblamientos se formaron en torno a las estaciones estratégicamente construidas. Pero también fue una de las víctimas del retroceso gradual y sostenido hasta que en la década del 90, de la mano de un gobierno peronista, los ferrocarriles fueron privatizados, se concretaron despidos masivos que llevaron de 60 mil trabajadores existentes a fines de los años 80 a los 15 mil unos años después.
Pero 45 mil puestos de trabajo no fueron el único costo social; se cerraron ramales y cientos de pequeños poblados, repartidos en toda la geografía nacional, se quedaron sin una comunicación vital. Por esos años, muchos de los que hoy le reclaman al Gobierno Nacional, aplaudieron la ola privatizadora y destructiva de la columna vertebral del transporte en nuestro país.
Por aquellos años, en que la moda era deshacerse de los bienes del Estado, un gobierno radical en el marco de la Alianza Frente de Todos, mantuvo en manos de todos los chaqueños las empresas de servicios, como Sameep y Secheep, y encaró el ambicioso proyecto de recuperar los ferrocarriles. Así nacieron los Servicios Ferroviarios del Chaco (Sefecha), en épocas de enormes dificultades económicas, que de inmediato y pese a las críticas de los agoreros de siempre, comenzó a interconectar a los pueblos que el menemismo había abandonado.
Durante más de una década se incrementaron los servicios, transportando a miles de chaqueños y manteniendo conectados numerosos pueblos, adaptando los trenes para optimizar su funcionamiento y garantizar su mantenimiento. Hasta que otro gobierno peronista triplicó su personal, incrementó exponencialmente su déficit, para terminar entregando a la Nación este patrimonio de todos los chaqueños.
Durante los años de la gestión kirchnerista, se hicieron muchas promesas pero el deterioro continuó pese a los multimillonarios recursos de que dispusieron. Así llegamos a nuestros días, en que una nueva gestión nacional, al igual que aquella Generación del 80, encara un proyecto de país interconectado, con vías de comunicación modernas y al servicio del desarrollo de las economías regionales.
En este marco, la ex Sefecha enfrenta las consecuencias de la desidia y el deterioro de la anterior gestión, con equipamiento defectuoso que falla recurrentemente. Como sucede en estos momentos, en que debieron suspenderse los servicios hasta hacer las reparaciones necesarias, las que en los próximos días estarán terminadas.
Los que aplaudieron la entrega del Estado, ahora utilizan la mentira para tratar de justificar lo que hicieron, intentan confundir a la ciudadanía sobre un Decreto del Gobierno Nacional que no tiene otro objetivo que el de acelerar la urbanización de terrenos ferroviarios, llevando más seguridad, salud, espacios verdes y fortalecimiento familiar.
El Gobierno Nacional trabaja en la implementación del más ambicioso programa para desarrollo de las 10 provincias del norte y lo bautizó Plan Belgrano. Uno de los ejes del programa es la recuperación del ferrocarril, como lo indican las inversiones en renovación total de rieles que estamos encarando y la llegada en marzo de 156 nuevos vagones.
A diferencia de lo impulsado por el peronismo en sus distintas formas en los últimos años, con cierre de ramales y la eliminación de servicios, nosotros seguiremos trabajando para desarrollar el norte, a partir de la verdad, el trabajo conjunto y la humildad, teniendo claro que el desarrollo sustentable es prioridad, compromiso y propiedad de todos los ciudadanos del norte argentino.
Por Víctor Zimmermann - Coordinador Regional Plan Belgrano