Cómo construir después de una decepción - EsChaco.com - Resistencia

Alejandra Stamateas

Miércoles, 20 de septiembre de 2017

Cómo construir después de una decepción

Todos sufrimos decepciones, y cuando las cosas no salen como proyectamos, a veces reaccionamos con amargura. Frente a una decepción, muchas personas se preguntan una y mil veces: “¿Por qué me pasó esto? Yo no esperaba esta situación, no había planificado que las cosas salieran así…”.

Otras personas, en cambio, reaccionan con sabiduría, porque saben que tienen una resistencia especial. Lo cierto es que todos los seres humanos tenemos el “don de la resistencia”, la facultad para recuperarnos emocionalmente después de una decepción.

Ahora bien, en ciertas ocasiones parece que este don pierde efectividad, y sentimos que no tenemos fuerza para levantarnos. ¿Qué hace que el don de la resistencia no se pueda activar en tu vida? Lo que hace que se reduzca la efectividad de nuestra resistencia son los pensamientos negativos.

“Si todo es negativo, ¿para qué luchar?”, se preguntan muchos, y bajan los brazos. Hay personas que usan el negativismo como una manera de protegerse. Prefieren pensar negativamente y creer que las cosas le van a salir mal. El pensamiento negativo les funciona como una cobertura para no tener más decepciones en la vida.

Mujer, necesitás saber que así como los perdedores son perdedores porque tienen una manera de pensar, los ganadores son ganadores porque tienen otra manera de pensar. Vos y yo tenemos que elegir cuál es la manera en que queremos pensar: si como perdedores o como ganadores.

¿Cómo se hace, entonces, para vencer la decepción? La lucha está en la mente. La victoria nunca está afuera: si querés ver cosas buenas afuera, tenés que empezar por vencer por dentro. Y para hacerlo tenés que negarte a permitir que lo que te pasó te defina. No podés dejar que esa decepción que viviste en algún momento de tu vida te defina como persona, porque después de cada error, después de cada fracaso, después de cada decepción, hay una vida, y esa vida puede ser muy satisfactoria. No lo dudes, ¡podés construir después de la decepción!