Muchas especies silvestres se extinguen en el mundo a una gran velocidad. Sin embargo, pretendemos ignorar que los animales tienen un valor propio de existencia, además de ser considerados por muchos científicos como recursos naturales estratégicos y vitales. Son fuente y reserva de alimento y generan mercados turísticos por los que circula mucho dinero.
Además, se ha comprobado que cumplen funciones esenciales para conservar el ambiente porque las especies silvestres tienen roles que hacen a los equilibrios de los ecosistemas, de los que depende nuestras vidas.
El descontrol organizado
Se difundió la noticia sobre la cruenta matanza de un tatú carreta en El Impenetrable, en una de las picadas más transitadas que une Miraflores con Nueva Pompeya. Si bien la información fue correcta e impactante, lo destacado es que la nota trasunta el total descontrol que reina en El Impenetrable, lo que debería alertarnos sobre esta y otras graves situaciones que ocurren diaria o frecuentemente en el oeste profundo del Chaco. Es indispensable que se destaque que la masacre del tatú carreta no fue un hecho aislado, sino que es consecuencia del descontrol que gobierna la amplia región conocida como el Chaco seco. Los pobladores de El Impenetrable denuncian que ingresan a sus campos cazadores furtivos que provienen de la misma región, de otras zonas del Chaco y de otras provincias, que matan especies tradicionales como quirquinchos, corzuelas o charatas, que muchas veces venden.
La entrada de los cazadores en tierras habitadas pone en riesgo no solo el frágil y diesmado equilibrio de la biodiversidad del territorio, un recurso natural que pertenece a todos los chaqueños, sino también al ganado e incluso la vida de los pobladores de esas tierras. Los cazadores, según testimonio reciente de un poblador, utilizan rifles pero también usan revólveres 22, cuyas balas describen un largo recorrido, por lo que generan muchos riesgos. Aunque las cacerías habitualmente se realizan durante la noche, también se producen a la luz del día. Es increíble que los que se dedican a cazar circulan libremente por la zona. Se los ha visto pasar con freezer porque cargan enteros los animales cazados. Los pobladores también testimonian que no tienen donde denunciar porque es la misma policía y funcionarios públicos de la zona los que también cazan. Agregan que los controles de la Dirección de Fauna no llegan hasta allí o que no son efectivos cuando esporádicamente se realizan.
Perdemos riqueza silvestre
El Chaco es una provincia muy rica en especies silvestres, muchas de las cuales están amenazadas o consideradas en peligro de extinción, a pesar de ser únicas en el mundo. La zona conocida como El Impenetrable es una región con condiciones únicas, considerada por muchos científicos con prioridad de conservación. El tatú carreta es una de las especias en vía de extinción. Fue declarado Monumento Natural, protegido por la Ley 4.306 que prohíbe su captura, caza, tenencia y comercialización.
Otros ejemplos de especies que desaparecen son el yaguareté y el chancho pecarí quimilero. A pesar de la caza furtiva, el saldo actual de especies silvestres es todavía excepcionalmente abundante. Sin embargo, pese a la importancia de la región y de sus especies, esta zona sufre un constante saqueo de sus recursos naturales. En este contexto, la matanza del tatú carreta que fuera denunciada por la joven bióloga portuguesa Inés Sequeira fue un disparo certero contra el saqueo organizado que ataca diaria y sistemáticamente la biodiversidad de El Impenetrable. El asombro de esta extranjera debiera provocar estupor no solo en los cazadores y explotadores forestales que están arruinando ese rico ecosistema, sino que debiera generar la obligación política e institucional de programar y de ejecutar programas y planes de controles estrictos para preservar lo que queda de nuestro ecosistema.
Lo positivo fue que ha sido muy buena la postura del Director del Complejo Ecológico de Sáenz Peña. Jorge García fue claro, concreto y categórico cuando condenó la barbarie y señaló que El Impenetrable es tierra de nadie. Faltó y continúa pendiente una respuesta institucional oportuna y eficiente por parte del gobierno chaqueño y de su estructura administrativa, fundamentalmente de los ministerios de ambiente y de la producción, que lamentablemente fallan por defectos y por excesos, lo que permite el saqueo ambiental.
¿La Fidelidad será una isla en un entorno degradado?
La esperada creación de la reserva natural La Fidelidad será esencial para la protección de la biodiversidad de la región. Se supone que contribuirá a la conservación de especies y de ambientes silvestres; sin embargo, es posible que no sea suficiente si la extracción de recursos naturales continúa en la región, fundamentalmente por la explotación del monte y por la intensidad de la caza furtiva.
Las áreas protegidas en el mundo han demostrado que son capaces de resguardar especies y ambientes del impacto humano directo; no obstante ello, para cumplir sus funciones de conservación, tales aéreas deben estar rodeadas de una zona de amortiguamiento o buffer y de continuidad ambiental. Estos alrededores deben contribuir a la conservación del medio ambiente, o sea que debe existir la posibilidad para los animales silvestres de circular hacia otras porciones de territorio sin ser cazados.
Está probado que en materia de conservación son ineficaces las áreas protegidas que están rodeadas de territorios degradados o donde los pobladores locales no están integrados y de acuerdo con su manejo, tal como habitualmente ocurre en El Impenetrable. La intensidad de la explotación forestal ha castigado y dañado duramente el monte nativo. La caza ha generado una merma extraordinaria en las especies silvestre, que parece que continuará hasta la total extinción de algunas de ellas. En este escenario, La Fidelidad corre serios riesgos de ser una isla de diversidad biológica sumida en un territorio cada vez más degradado y degradante.