Las mujeres solemos decirnos mentiras a nosotras mismas. Por ejemplo, afirmamos: “no estoy gorda, solo estoy hinchada”, “mi hijo no es así, su esposa es la que lo vuelve loco”.
¿Por qué nos mentimos? Quizás nos mentimos porque la verdad que estamos viviendo no nos gusta, y creemos que no la podemos cambiar. Lo cierto es que la gran mentira es, justamente, que no podemos cambiar esa realidad que no nos gusta. Tal vez nos mentimos porque consideramos que la verdad es una amenaza para nuestra vida, entonces la ocultamos. También nos mentimos porque nos sentimos incómodas con un pensamiento que esta dando vuelta por nuestra mente.
Por ejemplo, una mujer es fumadora compulsiva, y en el fondo sabe que el cigarrillo la puede terminar enfermando. Como no resiste ese pensamiento, afirma: “Bueno, de algo hay que morir”, y esa es la mentira, porque si bien es cierto que vamos a morir, una cosa es morir por años y otra muy distinta morir de una enfermedad. Ella se da esa explicación porque se siente incómoda con un pensamiento, no lo puede aceptar, y cree que no puede cambiar esa realidad.
¿Cuáles son las consecuencias de autoengañarnos? Veamos: En primer lugar, vivimos en una realidad alternativa. Por ejemplo, afirmamos: “mi hijo no es el que se droga, son sus amigos”. Segundo: de tanto repetir una mentira la terminamos creyendo, y hablamos como si fuera una verdad en nuestra vida. Por ejemplo, asegurás: “Yo soy conciliadora. Digo a todo que sí con tal de que haya paz”, pero eso es mentira, no sos conciliadora, en realidad tenés miedo a decir que no y que alguien se enoje, te deje de querer o te abandone. En tercer lugar, necesitamos saber que cada vez que nos mentimos a nosotras mismas nuestro ego crece más, porque no vemos la realidad, vemos la mentira.
Una persona que tiene un gran ego buscará siempre el aplauso y el reconocimiento. Por eso necesita desenmascarar ese ego con la verdad. ¿Cuál es la verdad? Que es capaz e inteligente aun cuando no reciba la felicitación externa. Si dependemos del reconocimiento externo estaremos siempre pendientes de los demás, en cambio, si logramos desenmascarar nuestro ego con la verdad encontraremos la aprobación dentro de nosotras, y eso es lo más importante. No necesitamos encontrar la aprobación afuera sino adentro de nosotras.
Querida mujer, no necesitás mentirte para obtener algo, no necesitás mentirte para consolarte: movete en la verdad. Tal vez creas que les mentís a los demás, pero en realidad te mentís a vos misma. Por eso, decite la verdad siempre, dejá la mentira, porque no te sirve. Tenés la verdad dentro de vos, buscá siempre poder caminar en ella.