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Teresa Celada
Viernes, 31 de agosto de 2018
En un contexto nacional difícil, las provincias mejoran sus cuentas. Qué pasa en el Chaco
Vivimos una situación nacional difícil sin dudas, con complicaciones en la macroeconomía que repercute sobre el conjunto de los argentinos y que nos lleva a tener prudencia sobre los próximos pasos a seguir y sobre todo, cuidar a los sectores más desprotegidos. No somos ciegos ni podemos negar la realidad, pero tampoco nos vamos a sumar a aquellos apocalípticos que solo quieren que al Gobierno le vaya mal.




Pero la realidad nacional no se agota en las complicaciones que fuimos viviendo este último tiempo. Mientras que el contexto nacional es difícil, una gran mayoría de las provincias argentina, incluidas el Chaco, han mejorado notablemente sus cuentas públicas. ¿Cómo se entiende esto? Con una serie de factores que incluyen la firma del acuerdo fiscal, la devolución de recursos coparticipables que se retenían para Anses, y una serie de medidas tendientes a ordenar el gasto público.



El Ministerio de Hacienda de la Nación brindó datos importantes para conocer un poco más la realidad no solo del conjunto de las provincias, sino particularmente la del Chaco. A través de un informe, compara los resultados primarios y resultado financiero de las provincias entre el primer semestre de 2017 y el mismo período de 2018.



El resultado primario, explicado de manera sencilla, es la diferencia que surge de los recursos percibidos y el gasto ejecutado, sin incluir los intereses de deuda que existiesen. El resultado financiero, es la diferencia que surge aplicando los intereses de deuda. Más fácil aún: Si una persona recibe $10.000 de salario y gastó $9.000, su resultado primario es de $1.000. Pero si tiempo atrás sacó un crédito y el interés que debe pagar ese mes por dicho crédito es de $2.000, su resultado financiero es negativo en $1.000.



Durante el primer semestre del año 2017, la provincia del Chaco tenía un resultado primario de -$2.176 millones; y su resultado financiero, aplicando los intereses de deuda, se elevaba a -$2.713 millones. Es decir, el Chaco era una provincia deficitaria aún sin incluir los intereses de deuda por créditos tomados. Nuestros recursos no alcanzaban ni siquiera a cubrir gastos.



Ese escenario cambió durante el primer semestre del 2018. El resultado primario pasó a ser superavitario: +$1.039 millones de pesos; mientras que el resultado financiero cayó notablemente: pasó de -$2.713 millones a -$231 millones (cayó un 91%). Es decir, si la provincia no tuviese deuda por pagar, sería superavitaria.



¿Qué conclusión sacamos de esto? Las cuentas de la provincia fueron mejorando, y la principal razón de ello es la fuerte transferencia de fondos del gobierno central a las provincias, devolviéndole recursos, fortaleciendo las autonomías locales y el federalismo.



Que se entienda bien: esta mejora en las cuentas provincial no es otra cosa que la consecuencia de una aplicación de políticas nacionales, donde se destaca el Acuerdo Fiscal, que permite a los gobiernos provinciales avanzar hacia un equilibrio y colaborar de esa forma a la reducción del déficit, que es quizás uno de los mayores elementos que perjudica la administración.



Pero ahora viene la pregunta importante: en este escenario, ¿Dónde se ve la mejoría en el Chaco?

En ningún lugar. Como ya lo hemos dicho en otras oportunidades, las transferencias automáticas del Gobierno nacional al Chaco crecieron un 44,5% entre el primer semestre de 2017 y primer semestre de 2018. Y lo hicieron un 145% entre ese mismo período de 2015 y 2018.



Pese a todo esto, la provincia sigue sumida en una mala administración que repercute en permanente conflictos sin solución. Aumentos salariales paupérrimos, hospital sin insumos, docentes mal pagos, infraestructura insuficiente, y a todo esto, más de dos tercios de la obra pública que se realiza en la provincia son con fondos nacionales. Entonces, ¿dónde está la pinchura del vaso? ¿Por donde se van los recursos?



El Chaco no es una provincia pobre. Es una provincia que está muy mal administrada. Recibe cada vez más recursos, pero los conflictos se incrementan día a día. ¿En que gastan? ¿Por qué no sinceran las cuentas provinciales?



Un capítulo aparte merecen los municipios. El incremento de recursos provinciales repercute directamente en el incremento de recursos de los municipios. Hay muchos en la provincia que funcionan bien, pero hay una enorme mayoría que no pueden dar respuestas a su gente. No hablamos de la macro, hablamos de la micro. De los recursos que están y que no están siendo direccionados a la gente. De las necesidades de los vecinos que no encuentran respuesta aún teniendo recursos para hacerlo.



Necesitamos un baño de sinceridad en el Chaco. Que la provincia dé respuestas, rinda cuentas. Que muchos municipios hagan lo propio. Que intendentes, funcionarios provinciales, dirigentes dejen su discurso crítico e incoherente del supuesto que centralismo porteño es malo cuando hay inconvenientes pero es bueno cuando ponen la plata. No quieren asumir responsabilidades.



En este escenario, ¿el Chaco tiene futuro?




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