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Alejandra Stamateas
Jueves, 8 de noviembre de 2018
Mi mente no para de crear preocupaciones
¿Sos de preocuparte mucho?, ¿generás problemas en tu mente todo el tiempo?, ¿tenés un problema que da vueltas en tu cabeza constantemente? A diario nuestra mente es secuestrada por cantidad de preocupaciones y problemas que se van acumulando hasta armar una maraña de la que a veces no sabemos cómo salir. Es importante recalcar que pensar no es malo cuando esos pensamientos nos llevan a accionar

Pensar en cómo vamos a resolver una situación, cómo vamos a salir de una crisis, es muy bueno, porque de a poco vamos limpiando nuestra mente y nos vamos calmando, lo que nos permite volver al presente. Y hablo de “volver al presente” porque la preocupación es estar atada al pasado o al futuro: nos preocupamos por algo que pasó o por algo que podría llegar a ocurrir.

Para salir de la preocupación y volver al presente, tenés que aprender a cambiar de caja. ¿Cómo es esto? Tenés dos cajas: la primera es la caja del CONTROL. Esta caja representa tu estructura, tu manera de pensar, y en ella están tus preocupaciones comunes (deudas, problemas de pareja, dificultades con los hijos, con los nietos, con los amigos, enfermedades, etc.). Cuando todos esos conflictos se van sumando porque no los resolvés, te sentís abrumada, confundida, te quedás paralizada, te desesperás y te mirás a vos misma con escasez. Todos tus problemas están metidos en tu cajita del control, por eso creés que tenés que resolver todo, pero sentís que no tenés la capacidad, que no podés, que no te dan las fuerzas, que te estás enfermando, que la cabeza te explota de tantos problemas.

Cuando no podés controlar aparece el miedo, sin embargo, lo cierto es que la caja del control ya no te sirve. En otras palabras, el verdadero problema es la manera en que estás pensando los problemas, porque creés que siempre tenés que controlar, que te corresponde a vos dar solución a todos los conflictos, ya sean tuyos o ajenos.

La gran respuesta a las preocupaciones es cambiar de caja. Es probable que pienses que lo opuesto al control es el descontrol, pero no: lo opuesto al control es la CONFIANZA. Y esta es la segunda caja. Los problemas serán los mismos (los hijos, tu marido, las deudas, la enfermedad, la casa), pero ahora, en lugar de pensarlos desde el control, los cambiarás de caja y los enfrentarás desde la confianza.

Accioná y resolvé lo que puedas resolver, aunque solo sea parte del problema, porque eso te va a liberar la mente, pero si no podés, si son tantas cosas que te sentís débil para resolverlas, si estás detenida en esos conflictos, en esas preocupaciones que tenés desde hace años, podés cambiar de caja. Los problemas van a ser los mismos, pero ahora los meterás en una mente que tiene confianza en que llegado el momento, vas a encontrar la manera de solucionarlos.


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