El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) está basado en la ansiedad. Quienes lo padecen son generalmente personas muy ansiosas. Este trastorno se caracteriza por presentar pensamientos, imágenes o palabras que irrumpen en nuestra mente y que nosotros no teníamos planeado pensar o decir. Esas imágenes aparecen, vienen de repente, y son repetitivas a lo largo del día, de la semana y de los meses.
A esa imposición de imágenes se les llama obsesión. Esta irrupción de pensamientos o imágenes van seguidas inmediatamente de algunos ritos o actos que la persona tiene que ejecutar para calmar la ansiedad. Son muchas las teorías que intentan explicar las causas del TOC, sin embargo, cualquiera sea su origen, esta es una enfermedad psiquiátrica que debe ser tratada por los profesionales de la salud.
Ahora bien, es posible que no tengas una obsesión, pero quizás sí tengas una manía. Muchas mujeres si terminaron de limpiar y ordenar la mesa, ¡que a nadie se le ocurra desordenarla! Estas actitudes no llegan a ser una obsesión, pero son pequeñas manías. Distinguir una manía de una obsesión es sencillo: mientras que el obsesivo vuelve repetidas veces a ver si cumplió su ritual —por ejemplo, cerrar con llave la puerta de calle—, la persona que tiene esta manía piensa: “¿Habré cerrado bien la puerta?”, pero no vuelve a chequear.
Esta es la razón por la que el obsesivo suele llegar tarde al trabajo, con las consecuencias que eso conlleva. El maniático, por su parte, sabe que si vuelve a chequear, llega tarde, y decide seguir hacia la oficina aunque haya dejado la puerta sin llave.
Para vivir libres de manías necesitamos aprender a reeducar la mente. Veamos cómo hacerlo:
• Debemos controlar qué pensamientos entran a nuestra mente. Hay ocasiones en que podemos quedarnos quince minutos, una hora o incluso más tiempo con un pensamiento negativo en la mente. Por eso, a cualquier pensamiento que llegue a nuestra mente debemos aprender a ponerle un límite.
• Necesitamos aprender a construir nuevas rutas mentales. Generalmente, tenemos siempre la misma manera de pensar, por lo tanto, en nuestro cerebro ya se formaron surcos por los que el pensamiento va y viene. Esta es la razón por la que muchas veces nos cuesta salir de lo que hemos aprendido. Necesitamos aprender a hacer nuevos surcos mentales, cambiar nuestra manera única de pensar.
No les des lugar a los pensamientos negativos, no pierdas tiempo valioso en ellos. Ya no sigas haciendo lo que siempre hiciste, a partir de ahora animate a ver las situaciones desde otra perspectiva, intentá nuevas soluciones para tus problemas. Solo así podrás sanar esas pequeñas manías que muchas veces cargan tu día de angustia y ansiedad.