Bullrich criticó a dirigentes sociales: Creen que la pobreza es algo positivo
La ministra de Seguridad criticó que desde las organizaciones no hay una estrategia para que la gente pueda salir de su condición de vulnerabilidad
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, apuntó ayer a los dirigentes de movimientos sociales por tener “una cultura de la pobreza como algo positivo” y afirmó que, a pesar del diálogo que propuso el gobierno, debieron sortear la oposición de estos sectores “desde el primer día” de gestión de Mauricio Macri.
En este sentido mencionó a los líderes del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, y de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep), Juan Grabois, a los que tildó de ser “políticos reconvertidos en dirigentes sociales para tener una base política propia”. “No hay una estrategia clara de los movimientos sociales de que la gente salga de la pobreza”, aseguró Bullrich en una entrevista con radio Mitre, en la que manifestó que, según ella, estas agrupaciones tienen “una cultura de ver a la pobreza como algo positivo”.
“Tienen una mirada poco proclive a un cambio. Piensan la pobreza de una mirada simple”, dijo Bullrich. Aunque aseguró no estar “enojada” con las agrupaciones, manifestó que “en la Argentina hay un problema de pobreza que debe ser solucionada con una lógica de salida de la pobreza, no de estancamiento”. “En los barrios, (los movimientos sociales) no logran dar herramientas distintas”, agregó.
Por otra parte, hizo referencia a las dificultades que, como gobierno, enfrentaron “desde el primer día” al quedar “en un lugar muy difícil con marchas y oposición” a pesar de ser “una coalición política que cree en el diálogo como ninguna”.
“Hemos tenido poca posibilidad de diálogo en estos años, sobre todo en temas de carácter económico”, objetó la ministra, para quien “una política de diálogo se da cuando hay que encarar políticas económicas difíciles también”.
Y cerró: “Los mismos movimientos sociales están manejados por políticos. Ni Pérsico ni Grabois son vulnerables. Son políticos reconvertidos en dirigentes sociales para tener una base política propia”.
Los aliados K Los movimientos sociales reciben 200 mil planes de empleo que usan para disputar poder. Los que integran el Frente de Todos reciben el 90%. El resto va a decenas de grupos de izquierda.
Las organizaciones sociales administran cerca de la mitad de los 450 mil planes de empleo que distribuye la administración de Mauricio Macri, un dato que confirman tanto los movimientos como el Ejecutivo. El 90% de los planes los administra el triunvirato de San Cayetano que agrupa a las principales organizaciones: la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep), Barrios de Pie (línea Somos) y la Corriente Clasista y Combativa (CCC).
La paradoja política, para muchos de los socios del gobierno, es que esas mismas organizaciones están hoy bajo el paraguas del Frente de Todos; con candidatos y referentes propios.