Este 19 de julio María Luz Mujica de Ruarte habría cumplido 61años. Esta joven tóldense estudiante de Medicina en la Universidad Nacional de Córdoba, engrosa la larga lista de víctimas del terrorismo de Estado. Nada mejor que recordar a María Luz con un escrito realizado por alumnas de la Escuela Nº 3 de Los Toldos:
“María Luz Mujica nace en Lincoln, provincia de Buenos Aires, el 19 de julio de 1952. Sus padres llamados Carlos Mujica y Sara Oliverio esperaban ansiosamente su llegada. A los tres meses de su nacimiento fallece su padre a raíz de una enfermedad: Hemofilia. Su mamá Lita comienza a trabajar en Los Toldos. Luego de unos años conoce a Oscar Rossi. Se enamoran, se casa, y nace Bety. María Luz tenía en ese momento 12 años. Sus estudios primarios fueron en varias escuelas: Instituto San José, Escuela Nº 7 y Escuela Normal, donde finalmente egresó como Maestra Normal Superior. En su adolescencia tenía varias amigas. Se divertían realizando reuniones para bailar, escuchar música, comer… Siempre eran en su casa, ya que su mamá decía que su casa era para disfrutarla. Luego, se traslada a Córdoba para estudiar medicina. Ahí conoce a Jorge Ruarte, un estudiante de abogacía. En abril de 1976 se casan, en una ceremonia muy sencilla. Ellos eran muy felices, soñaban tener hijos, deseaban que no haya más pobreza, que haya más trabajo y más justicia. El 24 de marzo de 1976 los militares toman el poder y hacen desaparecer a la gente que pensaba diferente. En junio de ese año lo secuestran a Jorge y lo torturan hasta matarlo. A María Luz la secuestraron en Noviembre del año 1976, mientras caminaba por la plaza junto a un profesor. Tenía 24 años. Fue llevada a La Perla, donde la torturan y muere a los pocos días. Ella era frágil, de sonrisa grande; le gustaba dibujar, pintar, escribir poemas, leía mucho. Le hubiera gustado ser médica para atender a enfermos de lepra, pero sus sueños fueron saqueados por militares”. Las fuerzas del mal, que querían un país para unos pocos, con la riqueza concentrada en pocas manos, con un pueblo sometido y silenciado, no podían permitir que esos sueños fueran realidad. Pero no pudieron detener los sueños de toda esa generación que soñaba que la utopía era posible. Muchos de los sueños que soñaron María Luz, Jorge y los miles de detenidos-desaparecidos se están haciendo realidad. Muchos de los sueños aún quedan por concretarlos. Las chicas y chicos que escribieron este texto de homenaje a María Luz son los que levantan sus banderas, siguen soñando sus sueños y luchan por hacerlo realidad. El mejor homenaje que podemos realizar a María Luz y a todos quienes dieron su vida por ese sueño, es seguir trabajando por un país libre, justo, soberano, democrático, solidario y equitativo.
Gerardo Roberto Martínez Presidencia de la Plaza (Chaco), 18-07-2013